El amor es más amor cuando se disfruta en privado. O eso es lo que deben pensar Carmen Martínez-Bordiú y Tim McKeague. Son pocas las ocasiones en las que, desde el anuncio de su relación, se les ha podido ver juntos. Ausencias, como la del funeral de Carmen Franco, que han despertado infinidad de comentarios acerca de la fortaleza de su noviazgo.
Contra todo pronóstico, Carmen y Tim siguen juntos, enamorados y con la misma pasión del primer día. Corazón ha podido saber que los motivos de la desaparición mediática del joven únicamente responden a la necesidad de protegerle frente a la adversidad. Confiesan que Carmen quiere evitar que su joven novio sea víctima de una persecución innecesaria de los medios.
De carácter afable y tímido, Tim le habría confesado su incomodidad al saberse de interés para la prensa. Tampoco está dispuesto a que, tras la concesión del título de marquesa de Villaverde, se realicen insinuaciones sobre él con el único fin de desprestigiarle. Bordiú quiere impedir que tenga que enfrentarse a las preguntas de quienes quieren dibujarle como un hombre interesado en busca de una posición social más solvente.
Por eso, han optado por vivir su relación lejos de los focos y taquígrafos. Sin la exposición innecesaria que provoque el escrutinio y juicio de todos sus movimientos. Se aman pero, eso sí, en la intimidad de la casa en la que comparten no solo sueños de futuro, sino momentos de crecimiento espiritual. Porque si algo destaca en Tim es su capacidad holística, ese don que permite serenar, guiar e incluso encender luces entre tinieblas. Por eso Carmen, c ansada de linchamientos y malas interpretaciones, ha decidido hacer una separación, incluso física, entre lo privado y lo público.
Para lo último, Carmen prefiere rodearse de amigos con los que también se siente cómoda. Como Luis Miguel Rodríguez, con quien acudía esta semana a los toros. Un encuentro que despertará rumores, pero que no es más que la confirmación de que, tras un sonado romance, lo suyo ha derivado en una férrea amistad. Ambos también coincidieron en el fiestón de cumpleaños de la abogada Teresa Bueyes en el que, por cierto, Ágatha Ruiz de la Prada derrochó simpatía y relumbrón con un ajustado vestido azul y tacones rojos.
Renglón aparte merece la situación financiera de la familia. Mucho se ha escrito acerca de la posición económica de los Martínez-Bordiú tras la muerte de Carmen Franco . Esta revista ha podido saber que los hermanos tienen interés en desprenderse de algunas de las propiedades –además del Pazo de Meirás– regidas por un proindiviso. Esta característica dificulta, sobre el papel, una repartición hereditaria ecuánime. Por eso, la opción más responsable y lógica es vender y repartir beneficios a partes idénticamente proporcionales.
Es lo que sucederá con el emblemático edificio de la calle Hermanos García Béquer, en Madrid, que, según ha podido saber Corazón, han puesto recientemente a la venta. Tal vez esperan a un empresario con intenciones de convertir el edificio de lujo en apartamentos turísticos.
La zona, las calidades y la historia de la edificación podrían ser perfectas para atraer a visitantes al Madrid más glamuroso: el de la milla de oro.
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