'La verdad' es un atraso

Meses anunciando un estreno que no se producía y, cuando se produjo, Twitter saltó por las aires con comentarios de todo tipo. 'La verdad' (Telecinco) se estrenó el lunes pasado, dos años después de haberse grabado, incluso meses después de haber iniciado en febrero pasado una campaña de promoción –cuenta atrás incluida– que quedó en agua de borrajas.

Con un 17.2% de audiencia y casi tres millones de espectadores, la intriga sobre el regreso a casa de una chica desaparecida nueve años antes no convenció a los miles de críticos de televisión que ejercen su profesión en las redes sociales: que si deberían hacer la prueba de ADN, que no era muy normal montar una fiesta antes de confirmar la identidad… Que si… Pronto todo eran comentarios sobre cómo esos años 'en la nevera' habían repercutido en el tono, en el ritmo, en la trama.

Es cierto que las tendencias en la pequeña pantalla van cada vez más deprisa, sobre todo con los estrenos de Netflix acechando a los españoles, pero también es verdad que en ocasiones se nota que un proyecto llega tarde…. Y es el caso de 'La verdad'. Veremos si el fenómeno va a más… O a menos.

Además de dirigir y presentar su programa, Jordi Évole ha demostrado su olfato periodístico acercándose a la realidad del país desde una perspectiva, y sensibilidad, diferente. Y ese sello le funciona. A Évole como marca, a sus productos por su innovación. 'Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur' trata el tema del independentismo catalán desde un nivel que los políticos no han sabido ver: el de la gente que lo siente/lo padece en su día a día, el de un diálogo natural, sin estridencias ni electoralismos, el de opiniones encontradas pero que se suavizan con diálogo.

Las mujeres elegidas han sabido conectar con las que piensan de manera diferente, pero también con la audiencia. Un viaje de intercambio, de Andalucía a Cataluña, y vicerversa; un grupo de WhatsApp con nombre simbólico (Andaluña) y unas veteranas con canas y ganas de vivir en paz hacen de este espacio una ventana a la libertad de un país más maduro de que sus políticos.

"Sí, cierran 'Las mañanas de Cuatro'. Se lo vamos a contar porque es absurdo empezar bailando entorno al elefante en la habitación…". Con estas palabras, el periodista y presentador del debate político, Javier Ruiz, compartía la noticia que corría por los pasillos de Mediaset y que, la verdad sea dicha, había provocado un auténtico terremoto en la redacción.

El programa, uno de los pocos consolidados de la cadena –por contenido y audiencia–, desaparecerá de la parrilla de Cuatro el 14 de junio, dejando a Ferreras y su 'Al rojo vivo' como únicos protagonistas de las noticias políticas que tan buenos resultados le han dado a La Sexta.

Tras la sorpresa de la retirada de un programa que funciona, todas las dudas giran en torno a si se trata de una maniobra política, de una decisión empresarial o, sencillamente, una excusa para pensar en otro formato de similares características pero con nuevos rostros, nuevas ideas… En los últimos tiempos, parece que los veranos se han convertido en un buen campo de experimentación para los estrenos.

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