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El matrimonio de la infanta e Iñaki Urdangarin ha resistido contra viento y marea frente al largo proceso judicial del Caso Noós. Ni la eventual entrada en prisión de Urdangarin parece haber resquebrajado la unión de la hermana de don Felipe y el exjugador de balonmano. Pero la situación de Iñaki Urdangarin vuelve a poner el foco sobre la Infanta Cristina y sus planes de futuro. Hay quien apunta a un giro en su camino que podría hacer que acabe por mudarse a Lisboa, donde la Fundación Agha Khan, para la que trabaja, tiene otra sede, pero todo parece apuntar, a que doña Cristina tiene intención de seguir con sus hijos en Ginebra, su refugio y residencia desde 2013.
La ciudad suiza ha sido el último destino de la Infanta y Urdangarin, que contrajeron matrimonio en la catedral de Barcelona el 4 de octubre de 1997. Pero su periplo fuera de España comenzó antes, en 2009, con su mudanza a Washington tras el fichaje de Urdangarin por Telefónica. Allí se encontraba la familia cuando en 2010 estalló el caso Noós y allí residieron hasta 2012, cuando regresaron a España para instalarse en la zona de Pedralbes. Pero la estancia en Barcelona no fue larga. En agosto del siguiente año pusieron rumbo a Ginebra, donde la Infanta iba a desarrollar su trabajo para La Caixa.
En la ciudad suiza han intentado mantener una vida tranquila y discreta, especialmente en las últimas semanas, en las que apenas se les ha visto. La última vez que Urdangarin fue fotografiado en las calles de Ginebra fue el pasado 8 de mayo, cuando participó en la maratón de la ciudad. Le acompañaron sus hijos. A la Infanta se la ha visto más recientemente. Concretamente el día de su cumpleaños, el mismo en el que se conocía la sentencia del Supremo. Fue fotografiada sola saliendo de su domicilio. Esta vez no estaban sus hijos, su prioridad y a los que intentan mantener alejados del foco mediático.
Los jóvenes se dejan ver en contadas ocasiones. Una de esas excepciones tuvo lugar hace unas semanas con Irene, de 13 años. La menor de los hermanos acompañó el 20 de mayo a su tía, la Reina Letizia, doña Sofía y sus primas, la princesa de Asturias, la Infanta Sofía y Victoria de Marichalar al teatro en Madrid. Pero excepto esas imágenes en familia, la vida de los Urdangarin transcurre alejados de los medios, en Ginebra, donde acuden al colegio. Juan Valentín, el mayor de los hermanos, cumplió 18 años el pasado otoño y tiene, según se ha publicado, un expediente académico brillante, aunque aún no se sabe por qué universidad se decantará. Sí se sabe de sus actividades solidarias, como que viajó hace unos meses a Camboya como voluntario.
El ingreso de Urdangarin en prisión alterará la tranquila vida familiar, que transcurre entre Suiza y las reuniones familiares en España y Biarritz. Así mientras la Reina Sofía ha acudido a los eventos familiares, como el 18 cumpleaños de su nieto Juan, en octubre, la madre de Iñaki, Claire Liebaert, sigue veraneando con su hijo y su nuera.
La familia Urdangarin ha estado al lado de un matrimonio que nunca ha dejado de mostrarse unido, aunque no se prodigue en muestras de cariño. Para encontrar alguna instantánea cercanda de la pareja hay que remontarse a 2010, un año antes de que comenzara el proceso para Urdangarin. Pero aún así no cabe duda de que la Infanta, absuelta en febrero de 2017, es el principal apoyo de su marido. Ella ha permanecido inquebrantable, a su lado en los buenos momentos y en los malos. Y todo apunta a que seguirá siendo así en esta nueva e incierta etapa.
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