La tele, cantera de Estado

La televisión en España nos ha dado, hasta ahora, una Reina y un Ministro de Cultura. Breve, pero Ministro al fin y al cabo. Es un fenómeno poco común que nos ha hecho pioneros en la transformación del medio en cantera de figuras relevantes del Estado.

Aunque ambos rostros procedan de los Servicios Informativos, el segmento estrella por su valor periodístico, la principal diferencia entre doña Letizia y Màxim Huerta es que el valenciano dio el salto a los programas de entretenimiento, primero con Ana Rosa (Telecinco); en solitario por ciudades decorado de cine, después (TVE). Pero esa evolución es, a ojos de los muchos críticos, una suerte de traición a la inteligencia porque, a diferencia de lo que sucede en Hollywood, aquí el entretenimiento está muy mal visto…

Tal vez haya llegado el momento de quitarse de encima los prejuicios y asumir que, más allá de algún formato más o menos polémico, existen programas y series a reivindicar por su calidad. Pero, sobre todo, conviene reivindicar la labor de innumerables profesionales que trabajan para entretener a la audiencia.

El que fuera presentador del informativo nocturno de Telecinco, el mismo que cerraba las locas noches de 'Crónicas marcianas' con rigor y serenidad, conquistó a las amas de casa con su porte de yerno ideal en el corrillo de crónica social de 'AR' y finalmente se atrevió a dar un paso que pocos han podido -o sabido, o querido- hacer: dejar la pequeña pantalla para centrarse en escribir, su verdadera pasión, que la ha llevado a vivir en París una romántica aventura literaria. Periodista antes que político, creador antes que cargo, ha preferido dimitir antes que seguir acompañado de las críticas que podía perjudicar al Gobierno. Una lástima no saber qué habría logrado al frente de Cultura y Deportes.

Si la realidad político-económico-social de España tuviera guionistas, estarían contratados por Wyoming. La corrupción endémica del PP, el Caso Nóos, Puigdemont, el chalet de Galapagar, la moción de censura, el cambio de Gobierno…. Todo parece creado por un 'deus ex machina' decidido a dar contenido, y audiencia, al ‘access time’ de La Sexta.

Los discursos en el pico de la mesa se están convirtiendo en algo habitual, porque cada vez son más escandalosas las noticias que vivimos, lo que da alas y combustible a un programa que, poco a poco, ha sabido convertirse en referencia informativa, aunque sea en su vertiente humorística. Lo cierto es que gracias a 'El intermedio' se hacen soportables las noticias más insoportables.

Esta semana, sin ir más lejos, han programado un monográfico sobre Iñaki Urdangarín y la Infanta Cristina tras conocerse la sentencia que llevará a prisión al cuñado del Rey. Cuando parece que la realidad no puede superarse, llegan los políticos -o los jueces- para demostrar que todo es posible…

En valenciano, 'nou' es 9. Pero también es nuevo. La nueva nueve valenciana es ahora 'À punt': cuatro años y medio después del lamentable cierre de la cadena pública por parte del Gobierno de Carlos Fabra, la televisión autonómica se reivindica como plataforma de apoyo a la lengua, las tradiciones, la cultura valencianas.

Hace dos domingos, las periodistas Adelaida Ferre y Vanessa Gregori dieron las noticias de las 14.30, inaugurando las emisiones. Clara Castelló y Carolina Ferre son, por ahora, las principales apuestas del entretenimiento matinal y vespertino. Con una plantilla de 300 trabajadores -lejos de los 1800 con los que llegó a contar, más que Atresmedia y Mediaset juntas-, 'À punt' tiene trabajo por delante para borrar la imagen que su predecesora llegó a tener en sus peores años…

Mucha suerte.

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