Hay personas a las que parece que el tiempo les cunde más que al común de los mortales. Solo así se explica que puedan llegar a todo. Ese es el caso de Saúl Craviotto (33), uno de nuestros deportistas más laureados –lleva cuatro medallas olímpicas, dos de ellas de oro–, que además es policía, padre de familia y, por si fuera poco, ganó la segunda edición de MasterChef Celebrity. Nos reunimos con él en la presentación del nuevo perfume de Adolfo Domínguez, Agua Fresca Citrus Cedro, de la que es imagen, para hablar de fama, éxito y sobre todo, de trabajo, porque dice que esa es la base para lograr cualquier objetivo.
Corazón Acaba de volver del europeo y los resultados han sido muy buenos. Saúl Craviotto Sí, mejor imposible, he hecho dos pruebas y han sido dos oros. Pero hay que ser humilde y tener los pies en el suelo, porque lo importante son los Juegos Olímpicos y los rivales están muy cerca.
C. El programa ha hecho que se conozca su deporte y a usted. ¿Qué le dice la gente cuando se acerca? S.C. Hay de todo. Me han conocido un poco a nivel más personal. Es un programa que ve mucha gente, desde gente mayor hasta niños pequeños, tengo una sobrina de siete años que está enganchada, pero la gente es súper respetuosa.
C. Su deporte ha ganado visibilidad gracias a usted, especialmente tras su paso por ‘Masterchef’. S.C. Bueno, he aportado mi granito de arena. Todos los que hemos conseguido medalla hemos aportado. Es verdad que MasterChef ha sido un empujón. Mucha gente ha podido saber lo que es el piragüismo. Mi final olímpica la vieron 800.000 personas y la de Masterchef, cuatro millones y medio, al final la exposición es superior, y si gracias al programa se ha descubierto mi deporte, pues yo encantado.
C. Además de todo eso, sigue con su trabajo en la policía. ¿En qué ha cambiado su labor en este tiempo? S.C. Yo hasta antes de Río trabajaba patrullando, pero después de Río y sobre todo después de Masterchef me han quitado por cuestiones de seguridad, porque me pueden reconocer. Ahora estoy en Participación ciudadana que es un grupo que da charlas y conferencias a niños y adolescentes para hablarles del bullying de redes sociales, drogas, alcohol… Es súper interesante. Me gusta y estoy muy concienciado con ello.
C. Sus hijas aún son muy pequeñas, pero ¿se dan cuenta de que su padre es famoso? S.C. No. A veces me piden fotos y la mayor se queda mirando, pero creo que cuando empiece a darse cuenta ya habré pasado de moda (risas).
C. ¿Cree usted que caerá en el olvido tan fácilmente? S.C. Supongo que sí, todo esto son modas y también depende del éxito. Si voy a Tokio y consigo otra medalla supongo que tendré otro tironcito, pero muchas veces eso no depende de uno mismo.
C. ¿Hasta dónde se plantea seguir con su carrera deportiva a este nivel? S.C. Hasta Tokio, seguramente. Tengo 33 años y si por mí fuera estaría hasta los Ángeles o París, pero no depende de mí, depende de los chavales de 23 años que ya me están apretando y al final la naturaleza habla por sí sola. Ellos van para arriba y yo ya voy para abajo. Pero quiero cerrar mi etapa deportiva en Tokio.
C. ¿Y qué se plantea para el futuro? S.C. Tengo mi profesión como policía. Ahora quiero empezar a estudiar criminología y me gustaría seguir de alguna forma vinculado al deporte y aportar de algún modo mis conocimientos después de 18 años entrenando y compitiendo.
C. Quizá le veamos presentando o de comentarista deportivo… S.C. No me veo en ese mundo, pero nunca cierro las puertas.
C. ¿Sigue cocinando? S.C. Sí, pero no al nivel de Masterchef, porque aquello era una locura, hacía postres todos los días, estaba todo el día practicando y dando ‘tuppers’ a la familia porque no me lo podía comer todo. Ahora cocino a otro nivel, más tranquilo, los fines de semana hago algo...
C. ¿Cuál es su especialidad? S.C. Mi plato estrella son los arroces, la fideua… y me queda bien el pescado, lo domino bastante bien.
20 de enero-18 de febrero
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¿Qué me deparan los astros?