El tratamiento informativo del caso La Manada

¿Ha sido la televisión la que ha creado alarma social con el caso de La manada o ha sido el sistema judicial el que ha hecho que la puesta en libertad a los violadores en grupo haya hecho estallar a la opinión pública? A los programas les han dado varapalos por amarillismo en numerosas ocasiones, pero es verdad que, en otras, la concentración de la mirada catódica en un punto ha servido para sensibilizar a políticos, jueces y fiscales.

Todo lo que rodea el caso de La manada ha sido un escándalo: el infame delito en sí mismo -con la forma de actuar, como depredadores dotados de móviles para inmortalizar sus repugnantes 'proezas'-, el tratamiento a la víctima, el juicio y, finalmente, una condena polémica que echó a la calle a miles de mujeres reclamando mayor sensibilidad para los delitos sexuales.

Ante la puesta en libertad bajo fianza de los condenados, empezaron a circular hace unos días mensajes de boicot a cualquier cadena que negociara con ellos cualquier entrevista pagada. La sombra del caso 'La Noria' puso a las televisiones sobre aviso. Pero el rumor fue a más, hasta el punto de que alguna columnista puso nombre a una posible 'compradora' de la exclusiva. Ana Rosa lo desmintió categóricamente. Susanna Griso, también.

Llegó entonces a decirse que los Informativos de La Sexta habrían logrado la entrevista. No fue así. Al final, la alarma social ha llevado a una suerte de paranoia en la que miles de espectadores anuncian un boicot a quien se atreva a premiarles. Los hemos visto perseguidos por los cámaras como si fueran estrellas, nos tememos que alguno llegará a creerse que lo es. Sobre todo al ver cómo su crimen ha sentado las bases para un inquietante fenómeno que, desde luego, es misión de todos atajar: la aparición de un grupos de imitadores - los llamados la nueva manada-, en Canarias- que piensan que la fama es un concepto por encima del bien o del mal…

La fama como valor en sí misma, vacía, inhumana, reflejo de una sociedad decadente y contra la que la televisión debería luchar con todas sus armas. Porque ese tipo de fama puede volvérsele en contra. Hay delitos que deben ser abordados con rigor, sin caer en el espectáculo y sin hacer de los criminales unas estrellas.

Eduardo Inda se fue indignado del plató de 'La sexta noche' la semana pasada. Suponemos que esta semana vuelve. Porque, una vez más, la salida de tono del periodista no venía a cuento. Ni el presentador, Iñaki López, se lo había pedido, ni había intención alguna en hacerlo… Pero a Inda eso le daba igual: a la hora del 'montar el pollo', ¿qué importa los argumentos? Siempre se ha hecho la broma periodística: "No dejes que la verdad te eche a perder un buen titular". Y de eso se trata. De sacar los pies del tiesto, de montar un show que no viene a cuento, de hacerse la víctima en los 'hashtags' de esa noche, de generar la duda de si abandonará el programa…

Es una pena que el debate caiga demasiado a menudo en el espectáculo de la bronca en lugar de ser espacio para el diálogo. Qué lejos quedan los tiempos de 'La clave' en la que los contertulios estaban más pendiente de escuchar a los demás que de competir por la burrada más sectaria y ridícula. A veces, con la ‘tele’, parece que no siempre vamos hacia mejor.

Cuando le preguntaban a Chicho Ibáñez sobre el éxito de su mítico concurso 'Un, Dos, Tres', el maestro respondía: "¿Cómo no va a triunfar si lo ponen por televisión todas semanas?". Pues sí, además de ser un concurso original, divertido, todo un espectáculo, se emitía en 'prime time' en TVE, lo que garantizaba que lo viera mucha gente… No que fuera un éxito. Paolo Vasile ha aprendido la lección en sus 'realities', sobre todo a la hora de realizar el 'casting' de VIPS. No hace falta tirar de chequera para lograr nombres de relumbrón, porque basta con elegir el perfil del concursante ideal; la fama, en caso de no tenerla –o casi no tenerla, que de eso se trata– ya vendrá con el paso de los días, los conflictos, los amoríos o lo que la cadena estime oportuno…

El caso del maestro Joao es uno de tantos ejemplos. Los VIPS de los 'realities' de Telecinco lo son al final de cada concurso, no antes, porque es la tele y la sobreexposición diaria lo que garantiza su popularidad. Así, la cadena anuncia ya la edición 'Gran Hermano VIP' -saltándose este año la versión anónimos- y se garantiza un otoño de ’show’ en la casa de Guadalix y en las tardes de 'Sálvame'. No será necesario un 'all star cast', ni mucho menos, sino una buena combinación de broncos, divertidos, pirados, chanchulleros... La fama ya vendrá.

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