La playa, territorio 'paparazzi'

Quienes viven de su imagen ni siquiera esperan a llegar a la playa. Hacen de sus piscinas privadas el primer escenario de los posados con los que comenzar a compartir en redes sociales su siempre espléndido verano, como Helen Lindes y Edurne, promocionando biquinis; Aitana, de 'OT', mostrando que no solo se siente orgullosa de su voz; María Castro, luciendo embarazo; Paz Padilla , presumiendo de retoques; o Paula Echevarría, pura ostentación multimarca.

Instagram lo ha cambiado todo. Hasta hace poco, había que esperar al quiosco para pagar por el trabajo de los 'paparazzi', que hacían de las playas su territorio laboral. Hoy, basta con abrir las cuentas de las 'influencers'. Cuánto habría disfrutado Ana Obregón 'naciendo un poco más tarde para poder regalarnos cada día un posado veraniego diferente sin esperar a congregar a la prensa para una única exhibición mediática.

Aunque probablemente fueran esos momentos exclusivos de papel cuché, pactados o robados —o ambas cosas a la vez—, los que añadieron una morbosa pimienta a los pasados estíos del famoseo. ¿Acaso podemos imaginar ahora el impacto que tuvo para los lectores de los 80 contemplar a doña Cayetana de Alba, de la mano de su marido, Jesús Aguirre, con un comentadísimo biquini en la playa de Marbella?

Aunque no era extraño para la duquesa enseñar sus carnes nobles. En esa misma época, 'Interviú' compraba unas fotos en 'topless' de la Grande de España en Ibiza para guardarlas en un cajón durante 30 años, hasta que la Casa de Alba aceptó, en 2011, que fueran portada de la publicación. Cayetana ya tenía una edad en la que nada le importaba. De hecho, dos años antes había hecho oficial su relación con Alfonso Diez con un posado-robado paseando también por una playa de Ibiza, un reportaje que sigue siendo récord de pago en España por una exclusiva.

También se valoraba muy alto a Carmina Ordóñez cuando se ponía el bañador y, a la vez, aireaba su amor por Paquirri primero y Julián Contreras después, aunque ninguna de sus imágenes generó tantos comentarios como en la que enseñaba casi todos sus encantos junto a la piscina de un hotel en Tánger. Actualmente, los pechos cotizan a la baja. Hay demasiados pectorales famosos en las redes publicados por las propias protagonistas o exhibidos sin pudor en vacaciones, de modo que el exceso de oferta reduce la demanda.

Kate Moss contribuye a ello desde hace 20 años. Lolita también llenó muchas páginas con sus topless veraniegos, hasta que los años le hicieron ser algo más discreta, un caso opuesto al de Carmen Lomana, que en 2010 celebró sus 60 años exponiendo al mundo su espléndida madurez.

Menos habituales han sido las fotografías de caballeros pillados con toda su fama a la vista. Las del conde Lequio en el Caribe subieron unos grados la temperatura media de aquel verano de 1999. No desmereció el robado de Jesús Vázquez cuando también, por aquella época, ejercía de 'sex symbol', aunque en este caso el efecto del baño frío disminuyera el impacto de la imagen. Orlando Bloom, Quim Gutiérrez, Miguel Ángel Muñoz y Justin Bieber se han sumado más recientemente al listado de cuerpos masculinos entregados por entero al sol.

Transgredir de esa forma la intimidad puso punto final a la afectuosa relación que, hasta los 80, mantuvieron celebridades y prensa. Hoy, parece imposible reproducir una imagen como la que en 1983 ofrecieron Paquirri y una jovencísima Isabel Pantoja junto al tío Agustín, doña Ana y la prima Sylvia, todos complacidos y mirando a cámara.

Rocío Jurado, Pedro Carrasco y la pequeña Rociíto les imitaron en 1988, simulando una felicidad conyugal que se rompería meses después. Aquellos tiempos pasaron para entrar en un juego del gato y el ratón que ha enseñado a los personajes a ser mucho más prudentes con sus afectos públicos. No lo fueron María del Monte e Isabel Pantoja cuando, hace 25 años, se mostraron como adolescentes en una playa de Cádiz, confirmando así una cercana amistad.

La realeza también ha vivido esa transición. El amable posado de la familia real con Carlos de Inglaterra, la princesa Diana y sus dos hijos en el Palacio de Marivent en 1986 y 1987 son parte de la historia de nuestros veranos patrios. Justo una década después, en agosto de 1997, los diarios 'The Daily Mail', 'The Sun' y 'France Dimanche' pagaban 450.000 euros por unas fotos de Lady Di en el yate del empresario Dodi Al Fayed, en la costa de Portofino. Las ventas multimillonarias de este tipo de exclusivas animaron a Closer a pagar millón y medio de euros en 2012 por un topless de Catalina de Cambridge durante unas vacaciones en el sur de Francia.

Estas semanas, veremos nuevas exclusivas, pero la mayoría serán pactadas. Porque haber convertido las playas en 'territorio paparazzi' ha trasladado a las celebridades a resorts protegidos, calas inaccesibles y mansiones apartadas desde donde saludarán a sus seguidores digitales luciendo piel y tuits. Aquellos veranos en rosa ya solo son nostalgia.

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