Cher, el trueno gordo

Dice Christine Baranski que ‘Mamma mía. Una y otra vez’ viene a iluminar un mundo muy oscuro. Que la película tiene cosas que no abundan en la realidad cotidiana: sentido de alegría, sensualidad, inocencia y romance. Hombre, de la secuela de ‘Mamma mía’ no esperamos que se parezca a una película de Bergman. Es puro escapismo.

Esperamos a estas señoras mayores haciendo el ganso, disfrutando de las islas griegas y cantando por Abba. Aunque esta vez las señoras mayores, por culpa de ‘flashbacks’, son en parte de la película jóvenes e interpretadas por Lily James, Jessica Keenan y Alexa Davis (hacen de Meryl Streep, Christine Baranski y Julie Walters).

La incógnita con la que se ha jugado desde que empezó el rodaje es si el personaje de Meryl Streep vive. Pero el gran trueno de esta entrega es Cher como abuela de Sophie ( Amanda Seyfried) ¡teniendo cuatro años más que Meryl Streep! Y cantando ‘Fernando’. Se estrena el 20 de julio.

Louisa May Alcott (1832-1888) es la autora de ‘Mujercitas’, pero no solo. También es autora de “relatos de sangre y truenos”, como ella definió los textos góticos y alimenticios que escribió con el nombre de A.M. Barnard. Ríete del descubrimiento de Elena Ferrante. Hasta 1942 no se supo la verdadera identidad de A. M. Barnard, y fue gracias a la correspondencia entre Alcott y un editor de Boston que encontró la historiadora y especialista en libros raros Leona Rostenberg.

'Tras la máscara' (dÉpoca) es la historia de la institutriz Jean Muir, que en la Inglaterra de 1866 llega a la aristocrática casa de los Conventry. Aparentemente recatada y perfecta, es una bicharraca y, por tanto, un muy atractivo personaje de novela. Una mujer de moralidad distraída con planes perversos. Una antiheroína en un ‘domestic noir’ victoriano. Una mujer que sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. O sea, perfecta.

Hannah Gadsby es una comediante de Tasmania que tenía intenciones de ponerse a trabajar en la verdulería de su hermano y ganarse la vida con otra cosa fuera del humor. Pero el éxito del especial de ‘stand up’ ‘Nanette’ (Netflix) ha cambiado sus planes. En poco más de una hora, Gadsby pasa de un relato cómico sobre su identidad sexual (en Tasmania la homosexualidad era un delito hasta 1997) a algo desgarrador. Pasa de las burlas a sí misma a una vuelta de tuerca que sorprende. Lo que hace no es lo que se espera de un especial de comedia. Lo que nos cuenta cuando va llegando el final no es gracioso. Incluso vuelve sobre una historia que sí había sido graciosa para retorcerla. Había contado escondiendo y, de pronto, boom. El monólogo está grabado en la Ópera de Sidney. Un gentío sobrecogido. Lo mismo ocurre a los telespectadores.

Emil Ferris (Chicago, 1962), que dibuja en páginas pautadas, es una historietista admirada por autores como Art Spiegelman y Alison Bechdel. ‘Lo que más me gustan son los monstruos’ (Reservoir Books) es su primera novela gráfica. Como el pequeño Tim de ‘Cuento de Navidad’, Ferris era una niña discapacitada que no podía correr y encontró otros amigos, los monstruos (vivos o inventados), que la ayudaron a sobrevivir.

Karen Reyes, la protagonista, es una niña lobo entregada a la oscuridad que se disfraza de detective con gabardina y borsalino e investiga la muerte de su vecina, la mujer más guapa que ha visto nunca. Una niña que sufre acoso y que en San Valentín reparte tarjetas con un fideo rojo (“Te habría dado mi corazón, pero sólo podía darte este ventrículo”). Un cómic hipnótico que ya tiene anunciada segunda parte.

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