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Jesulín de Ubrique: "Si fuera por dinero, hubiera toreado antes"

Se ha quitado seis kilos y ha encargado dos trajes para su gran día. El próximo 19 de agosto volveremos a ver a Jesulín de Ubrique vestido de luces. Será en Cuenca. Así está viviendo la espera.

Beatriz Cortázar
Beatriz Cortázar

El próximo 19 de agosto, se vestirá de luces para reaparecer en los ruedos en la Feria de San Julián, en Cuenca. Ha estado siete años retirado de los ruedos, pero vinculado a un mundo que siempre será el suyo.

Sincero y cercano, Jesulín de Ubrique (44) se confiesa y habla de sus miedos y sus alegrías en una charla donde no hay vetos y sí muchas ilusiones.

  • Corazón ¿Me puede explicar qué necesidad tiene, en este momento de su vida, de volver a los ruedos? Jesulín de Ubrique Después de reaparecer, en 2010, no he querido vestirme de luces, pero sí he acudido a festivales. Maximino es un gran amigo y lleva años buscándome y tentándome para que vuelva. Hace tres años lo hablamos, le dije que no. El pasado abril, volvimos a coincidir. Me habló de Cuenca y todo salió rodado. Ha sido muy fácil. Todo lo que me decía me sonaba bien. Yo creo que no se esperaba que aceptara. Lo último de lo que hablamos fue del dinero, pero ya estaba todo hecho. Te aseguro que es algo puntual. Piensa que, tras saltar la noticia, he recibido nuevas ofertas, pero he dicho que no a todos. No entra en mis planes. En el año 2020 cumplo 30 años de mi alternativa y tendré 46 años. Con ese aniversario sí me gustaría hacer cuatro o cinco festejos puntuales. Esto de ahora me puede servir para probarme y prepararme. Es impresionante los cambios que uno siente con los años. Por ejemplo, en el cuerpo. Cuando me he vuelto a vestir de luces me sentía extraño.

  • C. ¿Piensa estrenar nuevos trajes para esa tarde? J.U. Por supuesto. Cada año, me hacía una docena de trajes de torear. Y, a excepción de alguno que he guardado en casa, el resto eran o para mi hermano o se los llevaba al sastre y me hacía otros. Esta vez, he encargado dos: uno verde botella y otro azul pavo real. Bien vestido estaré. Luego, Dios dispondrá.

  • C. Hoy, ¿a qué le tiene miedo? J.U. El miedo es difícil de definir. Estoy como los soldados, tachando días para que llegue la fecha. Pero, ahora, ya falta muy poco y es una sensación buena. Me siento bien, fuerte, preparado. No he sido un torero que necesitara entrenar mucho, porque toreaba tanto que solo quería descansar. Hoy mi miedo era no verme en forma, y he comprobado que sí puedo. He bajado peso, cerca de seis kilos, he estilizado y, con este ritmo, llegaré a los 78 kilos, que de ahí no debo bajar más por mi estatura. Ese fue mi primer temor: si iba a tener la voluntad de prepararme. Asumir que me voy a poner delante del toro, lo tengo claro. Por eso solo quiero que todo salga bien. Hay mucha ilusión en esa corrida y hay que contar con el factor suerte. Solo pido eso, que haya suerte ese día para mí y para mis compañeros, que estoy seguro que ni Juan José Padilla ni Cayetano Rivera me lo van a poner fácil. Ahora, llega lo difícil, y es donde hay que demostrar que estoy yo. Recuerda que, un torero siempre que sale a la plaza, se juega la vida. Aunque tires de tu experiencia, al final tengo 44 años y el toro sigue pesando 500 kilos y no envejece. Creo que, cuanto más relajado vaya, mejor saldrán las cosa

Me he ditanciado mucho de los medios en general"

  • C. Ha negado que su vuelta sea por un tema económico. J.U. Si fuera una cuestión económica, de la misma manera que he aceptado esta corrida habría ido a muchas otras. Incluso en América. Y no lo voy a hacer. Me niego en rotundo. Esto es un día y se acabó. Si fuera dinero, no habría esperado siete años. Otra cosa es que yo quiera hacer un favor a un empresario, como tantas veces ha ocurrido, pero en los últimos tiempos hay muchos que no quieren pagar lo acordado y, si no me respetan el caché, sencillamente, no voy. Esta ha sido una de las causas por las que corté de forma radical, porque a mí no se me impone nada.

  • C. ¿Qué consejos le ayudan en el momento que está viviendo ahora? J.U. Soy persona de admitir pocos consejos. Del ámbito taurino te diré que ninguno, porque, a estas alturas de mi carrera, igual que no me guste darlos, no creo que los necesite. Mi gente me ve contento, ilusionado, con ganas... Y, en general, el ambiente que me rodea es tranquilo. Supongo que habrá preocupación entre mis seres queridos, ya que fue una decisión que no consulté con nadie. Lo anuncié cuando ya estaba dado el paso y era la manera de evitar que me lo quitaran de la cabeza. Te aseguro que mi familia jamás me ha dado un problema en ese aspecto. Ni cuando me he querido ir, que lo han aceptado de maravilla, ni a mi vuelta, que también tuve apoyo incondicional. Se preocupan porque me quieren, pero me respetan. Mi mujer, mis hijos y mis padres saben que, cuando tomo esa decisión, es porque lo hago con absoluta rectitud.

  • C. Sus hijos pequeños no le han visto torear con traje de luces y se dice que esa ilusión es uno de los argumentos que le ha llevado a aceptar. ¿Tenía esa espina clavada? J.U. Me vieron en el 2010, cuando el niño tenía tres años. Es verdad que, ahora, es diferente. El chico cuando se enteró me preguntó si esta vez era "vestido de verdad". Sin desmerecer a los festivales que, te aseguro, riesgo hay en todas partes, aunque es verdad que no tienen la misma trascendencia. Los niños están ilusionados, aunque sé que, en el fondo, hay preocupación y ganas de que pase.

  • C. ¿Se plantea que su hijo le anuncie un día que quiere ser torero? J.U. Antes decía que me encantaría. Una vez toreó en casa y lo pasó muy mal. Reconozco que me daría mucho miedo. Hay hijos de toreros que tardan en salir y yo no seré quien se lo impida. Si un día lo decide, aquí está su padre para lo que necesite, pero pienso que cada día el toro está más complicado... Lo veo con mi hermano y compañeros, que van los pobres a las ferias casi sin saber que se van a encontrar, ya que lo mejor está para las figuras. Es una guerra que no sé si hoy merece la pena.

Nunca he querido perder el tiempo en querer explicarle a un antitaurino cómo es esto"

  • C. A eso, hay que añadir los movimientos antitaurinos que se han generado. J.U. Desde hace ocho o diez años, se ha dado mucho eco a estos movimientos. Nunca he querido perder el tiempo en querer explicarle a un antitaurino cómo es esto, porque veo que son cuadriculados y no dan ninguna opción. Luego lees las barbaridades que sueltan cada vez que hay una desgracia... Hay políticos que no quieren los toros ni en pintura, y eso que son nuestra Fiesta Nacional, pero si desaparecen los apoyos, pues ya me contarás. No lo entiendo. ¿No estamos en un país democrático? Las manifestaciones y agresiones en las puertas de las plazas no tienen explicación. Y, aunque lo vea desde la barrera, me duele.

  • C. ¿Dónde le hacen daño de verdad? ¿A qué es vulnerable? J.U. Yo ya estoy curado de espanto. La injusticia, el hablar sin saber, opinar sin tener ni idea de lo que se dice... Es verdad que antes me podía molestar, pero me he distanciado mucho de los medios en general. Me dedico a lo mío y no me gusta entrar en conflictos. Y eso que me han llamado para ofrecerme ser tertuliano, pero a casi todo digo que no. Lo que más me ha molestado, en algún momento, es que quieren saber más que uno, pero pienso que a todos nos pasa, sobre todo, cuando eres alguien conocido. Pero hoy tengo una buena coraza.

  • C. ¿De qué se siente más orgulloso? J.U. De la familia que tengo. De mi mujer, de mis hijos, del apoyo de los que nunca han tirado la toalla conmigo. Cuando te quitas el traje de luces, entras en la normalidad y, una de las cosas más importantes, es saber aceptar que, cuando pongo punto y final, vuelvo a la vida corriente. Hay quien necesita la fama y el reconocimiento siempre; no es mi caso. Cuando he tenido que ser Jesulín de Ubrique, lo he sido. Y cuando me ha tocado ser Jesús Janeiro, también. He aprendido a vivir con el éxito. Fíjate que ni siquiera soy una persona rencorosa.

  • C. ¿Qué le hubiera gustado borrar de su biografía de haberlo sabido? J.U. No tengo que borrar nada, porque todo lo que he hecho ha sido queriendo, con acierto o sin él, ya que todos nos equivocamos, pero es imposible arrepentirse. Para atrás no hay que volver. Me quedo con todo, lo mejor y lo peor, porque así ha estado mi destino marcado y así ha sido mi vida.

  • C. Tengo que preguntarle por la salud de su mujer, María José Campanario, que, según las últimas informaciones, se encuentra mejor de la fibromialgia que padece. ¿Es cierto? J.U. Afortunadamente, se encuentra mucho mejor y esperemos que, en breve, pueda retomar su trabajo, su vida normal y vuelva a ejercer su profesión de odontóloga que tanto esfuerzo le ha costado conseguir. Pasamos una mala racha, como le puede ocurrir a cualquier matrimonio al que llegan todos los males seguidos, pero hoy se han resuelto sin ningún problema.

  • C. ¿Tienen intención de renovar sus votos matrimoniales? Incluso, se ha dicho que ya lo habrían celebrado en la intimidad. J.U. No es verdad que lo hayamos hecho. Tenemos esa idea, pero aún no hay pensada la fecha. Lo que hemos celebrado es nuestro aniversario de 16 años de casados que, aunque suene mucho, para nosotros es como estar empezando.

No nos lo hemos planteado tener más hijos y pienso que ya los habríamos tenido antes"

  • C. ¿Tienen ilusión por tener más hijos? J.U. Con los que tenemos y los de mis cuñadas, que van a dar a luz dos nuevos bebés, ya hay nueve nietos y creo que está bien. Te aseguro que no nos lo hemos planteado y pienso que ya los habríamos tenido antes. Pero, en fin, nunca se sabe que esto es cosa de dos.

  • C. Y después de Cuenca, ¿qué? J.U. Volveré a mi vida que, te aseguro, estoy deseando. Quiero que llegue la fecha de la corrida, porque donde más seguro me sentiré será en la plaza. Pero también quiero que lleguen las diez de la noche, que pueda atender a todo el mundo y recuperar mi rutina. Tengo una vida muy sana: en el campo, con mis festivales, mi ganadería... Ahora, estoy relacionándome de nuevo con los medios por mi reaparición, pero, cuando pase la fecha, regresaré a lo que hacía, aunque me quede con los buenos hábitos alimenticios y de deporte que he adquirido,

  • C. ¿Acudirá su familia a la plaza a verle? María José no suele hacerlo... J.U. No lo sé todavía. María José no suele ir. El resto, será una decisión suya: tienen su palco por si quieren acudir. Mi preocupación la tengo abajo, en el ruedo.

  • C. No suele hablar de su hija Andrea, pero igual quiere aprovechar para aclarar algo de todo lo que se comenta sobre ustedes. J.U. No tengo que aclarar nada. No voy a dar respuesta a lo que digan o dejen de decir, porque, además, no tengo ni idea. No entro en esas historias.

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