La diseñadora Carolina Herrera ha disfrutado de unos días de descanso en Mallorca junto a su marido Reinaldo Herrera. Desde el anuncio en febrero de su 'paso atrás' como diseñadora creativa de su propia firma, vive en la discreción y alejada del foco mediático, siendo embajadora internacional de su marca de lujo. No obstante, su paso por nuestro país no lo olvidará fácilmente.
El pasado 3 de agosto la pareja regresaba de la isla balear a Madrid, si bien ambos pasaron desapercibidos por el resto de viajeros. Hasta ahí todo bien. Lo que llamó la atención es que voló en clase turista, algo que se aleja de la imagen clasista que tiene la creadora en la sociedad. Durante todo el trayecto y una vez en el aeropuerto, su marido reinaldo precisó de una silla de ruedas para moverse. Y ahí no acabó todo.
Herrera, su marido y un asistente se dirigieron a la cinta de recogida de maletas, siendo la diseñadora la que tuvo que cargar con el equipaje -más de cuatro bultos- hasta depositarlos en un carrito. Pero lo mejor estaba por llegar. Ni coche privado, ni limusina sino un taxi común y corriente. Este era el transporte que decidieron coger para ir hasta su destino en la capital, sino fuera porque el taxista se negó a llevar a Herrera, y parece que no fue el único, según revela la sección 'Jaleos' del diario online 'El Español.'
El episodio tuvo lugar el día después de que se desconvocara la huelga de taxistas que asoló varias ciudades nacionales. ¿ El motivo del desplante a Herrera? El exceso de carga por el equipaje y la silla de ruedas. La diseñadora y su marido esperaron varios minutos hasta que consiguieron que un taxi les subiera.
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20 de enero-18 de febrero
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