Un Jon Hamm de cine

Quizá lo mejor que ha hecho Jon Hamm fuera de 'Mad men' sea su personaje del reverendo Wayne en 'Unbreakable Kimmy Schmidt'. Y eso volvió a ser televisión. Puede que sea difícil tener una carrera en el cine después de un personaje tan potente como el de Don Draper. Aunque lo hayamos disfrutado en 'La boda de mi mejor amiga' o 'Baby Driver'.

En 'El rehén', ambientada en 1982, es un diplomático retirado que durante la guerra civil del Líbano es requerido para la negociación de un rescate. Rosamunde Pilke es la agente de la CIA encargada de su seguridad. En el puzle de espionaje intervienen el Mossad y los secuestradores árabes. Tony Gilroy -autor de Bourne- escribió la sobria historia en los 90. Pero no es una película a lo Bourne, es más 'El sastre de Panamá'. Y juntar a Jon Hamm y Rosamunde Pilke ha sido buena idea.

Veo en las mesas de novedades de las librerías a un generalísimo lozano con el título 'Eternamente Franco' (Ivat). Me salen todos los 'sapristi' y pardiez de los tebeos. Una vez leído, ves que el título también es irónico. La eternidad de quien gobernó España durante 40 años se la atribuye su autor, Pedro Fernández Barbadillo, a la izquierda que no procura olvidarlo, al contrario del bolero.

Si van a hablar de Franco, hablemos de Franco. Con "documentos, datos y testimonios no manipulados". Los peores años, la política, los judíos, el biquini... Claro que el texto es a favor. Pero también entretenido (manipulador para otros, sin duda). Barbadillo recuerda a Gustavo Bueno, que decía que "los efectos de la dictadura, terribles para quien tuvo que sufrir el fusilamiento, la cárcel o el exilio, no afectaron a la gran masa de la población, sino a una parte porcentualmente muy pequeña…".

También recuerda que, en 1975, el Gobierno franquista expropió el cuerpo de Franco para enterrarlo en el Valle de los Caídos y que, cuatro décadas después, el Gobierno socialista lo sigue usando como propiedad pública. Un libro subversivo para los tiempos que corren.

La tercera novela de Michael Frayn (1933) es una sátira sobre periodistas en un diario británico durante el apogeo de Fleet Street. Quizá basada en sus experiencias en 'The Observer', 'Al final de la mañana' se publicó en 1967 y, ahora, la edita Impedimenta. Michael Frayn es uno de los mejores traductores de Chéjov al inglés y eso solo puede hacer bien su prosa.

Con ella escribe una novela sobre periodismo tan divertida como 'Noticia bomba', de Evelyn Waugh. John Dyson trabaja en un diario aletargado, duerme la siesta toda la tarde y cuando está en el trabajo se ocupa de columnas sobre el campo, religión y crucigramas. Tiene dos hijos raritos, una mujer resignada y sueña con una vida mejor. Le cambia cuando va a la BBC a un debate sobre el conflicto racial.

Verónica Castro ha vuelto a las telenovelas gracias al joven talento de Manolo Caro, que la ha convencido con una creación loquísima para Netflix. 'La casa de las flores', donde Paco León hace de yerno transexual de Castro, es otra telenovela que se ríe del género. Pero va más allá con su guion y sus personajes descacharrantes.

Esa Paulina interpretada por Cecilia Suárez - "¡Se me olvidó cancelar el mariachi!", dice al aparecer los músicos en medio de una tragedia familiar, sus hilarantes visitas a la cárcel, su voz…-. O la propia Verónica bailando 'El venao', fumando marihuana y haciéndose traficante. Una familia rica, sexo, cabarés, suicidadas, una niña gorda y lista, un niño que parece Shilou, salidas del armario, sexo y, sobre todo, mucho humor.

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