La dura recuperación de Manu Tenorio

Emocionado y conteniendo las lágrimas. Manu Tenorio recibía el pasado martes, sobre las 19:00 horas, el alta hospitalaria y salía de La Paz con los brazos en alto, mostrando los aparatosos vendajes tras los que escondían esas heridas que, según le ha comunicado el doctor —al que dio su parcela de protagonismo en esta salida—, le dejarán unas "secuelas mínimas". Lo hacía ocho días después de volver a nacer.

Así lo dijo él mismo ante la prensa, a la que atendió, a pesar de los enormes dolores que sufre como consecuencia de un accidente doméstico al que aún no se atreve a poner nombre. Los mismos que dijo estar paliando con una medicación que le permitió salir a agradecer las enormes y cuantiosas muestras de cariño recibidas desde que nos dio ese terrible susto.

"La cara, los brazos, tal y como los tengo quemados... Esto no puede haber sido solo un cortocircuito. Esto tengo que investigarlo", explicaba Manu, dejando claro que esto no va a quedar así. Ha sido lo suficientemente grave como para llegar hasta el final del asunto y buscar responsables. Estas palabras las pronunciaba antes de, emocionado y evitando llorar por todos los medios, agradecer a todo el personal sanitario que le ha cuidado con mimo durante su estancia ingresado.

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