Es la primera entrevista que concede tras presentar el programa 'Ya es mediodía', y no será por falta de peticiones. Sonsoles Ónega ha elegido nuestra revista para hablar sobre este nuevo reto y descubrirse como una mujer luchadora y tenaz, pero con una sensibilidad innata para reconocer una buena historia de amor, como la que refleja en su última novela 'Después del amor' (Ed. Planeta).
Esto es lo que dio de sí nuestra charla en privado con la presentadora del matinal de Telecinco.
Corazón Tengo la sensación de que el verano de 2018 no era el que había imaginado hace unos meses. Ahora que está a punto de finalizar el mes, ¿qué me puede decir de su programa Sonsóles Ónega Ha sido el verano más intenso, apasionante y enriquecedor de mi vida, aunque la factura la pagan mis hijos. Es una oportunidad a la que no podía negarme.
C. Me dice que sus hijos son los damnificados de que su madre trabaje en verano. ¿Cómo se ha organizado? S.O. Mi marido se ha encargado de ellos. No es el primer verano que me pasa, porque, cuando escribí mi última novela, también me encerré en agosto para poder acabarla. Está claro que este trabajo sola no lo puedes hacer. Necesitas equipo en casa y, gracias a Dios, en mi caso lo tengo. Incluso, mis hijos, en cierta manera, ya lo entienden
C. Compensará el fin de semana. S.O. Me voy a Galicia, donde aprovecho cada minuto del día.
C. Después de una vida dedicada al periodismo de calle, ahora tiene que desenvolverse en el espacio de un plató. ¿Se siente muy diferente? S.O. Lo que más me ha costado es encontrarme en el espacio y hacerme con un equipo muchísimo más grande al que yo estaba acostumbrada.
C. En su casa, supongo que la información era algo que se masticaba a todas horas. A fin de cuentas su padre, Fernando Ónega, es uno de los periodistas más respetados, pero desconozco si le hizo ilusión saber que su hija quería seguir sus pasos. S.O. Fue un enorme disgusto para él. Te diré que, ahora, le entiendo perfectamente. Si uno de mis hijos me dice que quiere estudiar Periodismo, me disgustaría. Es una profesión muy dura, como un sacerdocio, pero no te garantiza el cielo. No fue agradable para él que, tanto mi hermana como yo, nos dedicáramos a esto, pero es nuestra forma de vida. En el fondo, sabe que era casi inevitable, ya que lo habíamos mamado desde niñas. Veía a mi padre diseñando con el tipómetro la cabecera del Ya o dando sus crónicas a Luis del Olmo.
C. ¿Sus hijos también lo viven en casa? S.O. Aún son pequeños, pero reconozco que me sorprende la cantidad de información política que maneja mi hijo mayor. Con solo nueve años, sabe mucho. Es que es algo que, sin darte cuenta, hablas continuamente en casa. Es verdad que respiran ese ambiente, lo sé, y desconozco si será bueno o malo para ellos en el futuro. Recuerdo un día que mi hijo me preguntó por Rubalcaba, porque hacía mucho que no lo veía. Ahí me quedé muerta.
C. No le descubro nada nuevo al recordarle que el Periodismo es uno de los oficios que más se ha resentido con la crisis económica. ¿Qué futuro ve a esta profesión? S.O. Más que nunca, hay que dignificarla, porque vivimos en un momento de sobreabundancia de información por la que el ciudadano está saturado. Hay canales infinitos en Internet o en las redes sociales y, sin embargo, la sociedad actual está más desinformada que nunca. Los valores del Periodismo tradicional no han cambiado, solo el soporte o la forma. Hay que reivindicar nuestro oficio, porque hoy cualquiera te puede transcribir una revuelta callejera con un móvil en el mal llamado periodismo callejero, que no es nada fiable. Hay que ser un poco exquisito a la hora de buscar la información.
C. Durante los últimos meses, ha estado muy activa en el renacer del feminismo. ¿Hay ya algún fruto? S.O. Pues sí y no. El discurso feminista ahora es más transversal que hace un tiempo. Fíjate que hasta Ana Patricia Botín ya dice que es feminista, y eso hace que ese termino se haya 'desacomplejado'. Pero el problema es la forma en que los hombres han construido el mundo que sigue penalizando a las mujeres. Hablo del mundo desarrollado y de la mujer profesional, ya que en otras partes hay otros problemas. En el nuestro, la maternidad aún es el impedimento, ya que no hay conciliación. Por mucho que se empeñen en decir lo contrario. Es imposible avanzar en igualdad de condiciones si no se soluciona este punto.
C. Hablando de mujeres, la protagonista de su novela 'Después del amor', historia real que le llega a través de una entrevista con las hijas, decide apostar por vivir su historia de amor con su amante al margen de lo que se esperaba de una mujer de la alta burguesía, casada y con tres hijos en la España de los años 30. ¿De verdad que por amor todo vale? S.O. Es una pregunta difícil. Creo que el amor no lo cura todo. Mi protagonista es capaz de revolucionar lo más íntimo por amor. Mi Carmen pagó muy cara la factura del amor, pero no deja de ser nuestro precedente inmediato de lo que somos. Mi abuela, de 92 años, recuerda cuando en España las mujeres no tenían libertades. Conocer de dónde venimos te permite valorar donde estamos. Hemos avanzado mucho, pero hay que saber mirar atrás para entender muchas cosas.
C. ¿Se define como una mujer pasional o cerebral? S.O. Pienso que soy pasional, pero, desde que soy madre, valoro mucho que mis hijos vivan en un entorno estable donde, por supuesto, exista el amor.
C. En 'Ya es mediodía' ha vivido momentos de mucha tensión. ¿Alguno para recordar u olvidar? S.O. Me gustan las historias humanas, como el testimonio de un hombre que mantuvo a su hermano muerto escondido para cobrar la pensión. Refleja, perfectamente, la desesperación de muchas personas que aún no han conseguido salir adelante, por mucho que nos digan que la crisis se ha terminado.
C. Tocan diferentes palos, desde actualidad a política o corazón. ¿Dónde se siente más cómoda? S.O. Evidentemente, donde estoy más segura es con los temas de política, ya que siempre ayuda la experiencia. Estoy descubriendo la actualidad pura y dura y los sucesos que, hasta ahora, no había tratado. Y la sección de corazón, hasta la fecha, está siendo una aventura donde trato de encontrar el tono y donde siento que me falta un poco saber quién es quién. De ahí mi inseguridad.
C. ¿Le queda tiempo para escribir una nueva novela? S.O. Por supuesto. El hecho de no tener verano ni a mis hijos, me deja las noches más tranquilas para escribir. No soy de novela al año y sí de tomármelo con mucha calma. Se trata de una historia de amor muy pegada a la realidad social, donde nos comunicamos por diferentes medios.
C. ¿Y para tomarse una copa con amigos o ir al gimnasio? S.O. Te diré que estoy empezando a boxear. El tiempo es cuestión de organización germánica. Le robo horas a la noche y a la vida familiar y social, pero, para mí escribir es como ir al gimnasio. Es lo que más me libera, aunque esta actividad no genere endorfinas.
C. ¿Cómo ve la nueva temporada? S.O. Confió en la continuidad de 'Ya es mediodía'. Desde el 15 de junio, trabajamos cada día con la máxima ilusión.
C. ¿Cuál sería esa entrevista perfecta para abrir temporada? S.O. Me encantaría hacerle alguna pregunta al Papa Francisco.
20 de enero-18 de febrero
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