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Viene tanto a España que a veces parece que nunca se haya ido. Y es que como ella dice, están tan cerca, que es muy fácil acudir cuando la llaman. Discreta, a veces incluso tímida, si no fuera por Instagram, no sabríamos cómo transcurren sus días en Oporto, a donde se mudó hace ya tres años junto a su marido, Iker Casillas.
Esta semana, Sara volvió a Madrid en una visita fugaz para presentar una campaña de concienciación de la mano de Polaroid. Lo hizo acompañada por una de las mejores oftalmólogas de nuestro país, la doctora Elena Barraquer, para alentar a que vigilemos la graduación de la vista de los más pequeños.
Corazón ¿Por qué decidió unirse a esta campaña junto a la doctora Elena Barraquer? Sara Carbonero Porque me contaron la labor que hacía y me gustó mucho. Viaja a operar a gente en países en vías de desarrollo y también hace algo que ella no ha contado: dona un montón de dinero, gafas y material. Y surgió la posibilidad de estar en este evento presentando la vuelta al cole. Además se trata de concienciar a los papás de que hagan más revisiones a sus hijos, porque muchas veces se pueden evitar las enfermedades visuales, y ahora todos los temas que tienen que ver con niños y con salud me interesan.
C. Es lógico, siendo madre... S.C. Sí, desde que fui madre se ha abierto un abanico muy grande. Tanto a nivel personal como profesional veo que hay mucha información que ahora me parece interesante, además de la deportiva en su día, o la moda.
C. Hablamos de prevenir y llevar a los niños al médico. ¿Es usted una madre aprensiva? S.C. Bueno, eso te lo da la experiencia. Con el segundo mucho menos, pero con el primero... Sí que soy un poco pesada (risas) cualquier cosa hay que mirarla. Pero prefiero pasarme que no llegar. Yo, como soy miope, a Martín le he llevado a hacerse revisiones, porque pensaba que podía heredarlo. Por el momento está todo bien, pero sí que me gusta prevenir.
C. ¿Iker es quien pone un poco de tranquilidad? S.C. Él es más calmado. Igual de responsable, pero un poco más tranquilo.
C. Asegura que es miope, pero nunca la hemos visto con gafas. S.C. Porque voy siempre con lentillas. Las gafas las uso en casa.
C. Entonces fue de las que vivió la época en la que llamaban cuatro ojos al que iba con gafas al colegio. S.C. Sí, pero igual que en otras cosas ahora no tienen suerte, porque el mundo redes sociales y demás es un peligro, creo que los niños ahora aceptan más cosas que a nosotros nos traumatizaban. De hecho mi hijo en el cole cuando le llevé a la revisión salió llorando porque quería llevar gafas (risas).
C. ¿Y usted cómo lo llevaba cuando era pequeña? S.C. Yo no me las ponía, era muy desobediente. Y me acuerdo que la profesora se lo decía a mi madre, pero yo no me las ponía.
C. ¿Cómo va ahora la vuelta al cole? S.C. Es fácil. Es mañana precisamente. Por eso vuelvo ahora a Oporto, para mentalizarles un poco. Pero no se quejan porque siguen en el mismo sitio que el año pasado.
C. El primer día de colegio, ¿quién lloró más, su hijo o usted? S.C. Yo no lo llevé muy bien, pero lloró más él. Aunque alucino con los niños. Yo me agobié con el idioma, porque él ya hablaba mucho en español pero yo pensaba que no iba a entender nada y fue increíble. A los dos meses entendía todo y a los cinco hablaba en portugués perfecto.
Y les gusta mucho el fútbol. Soy muy futboleros. Nunca lo pensé, porque Martín no lo era, pero de una manera natural, sin que nadie le dijese nada le ha empezado a apetecer ir a ver los partidos de papá
C. ¿Han pensando en que empiece a jugar en un equipo? S.C. Ahora empieza el curso y estamos pensando en ponerle alguna extraescolar. Él lo dice y también que quiere ser portero, pero claro... (risas). Si le apetece pues lo miraremos, y que se lo tome como una diversión.
C. Ya le queda poco para que finalice la excedencia en Mediaset. S.C. Tengo excedencia hasta que Lucas cumpla tres años y tiene dos ahora, no me metas presión (risas). Tengo muy buena relación con Mediaset y no creo que eso sea un hándicap, pero sí, me queda un año.
C. ¿Se plantean tener más hijos? S.C. Sí nos gustaría y nos apetece. Y nos gustaría no tardar mucho para que no se lleve mucho tiempo con los niños, pero, es verdad que con los dos trastos que tenemos a veces te lo piensas más.
C. ¿Cómo es su vida en Oporto? S.C. Tranquila. Sobre todo gira en torno a los peques. Intento hacer mis cosas profesionales vía ordenador, con el teléfono, vengo prácticamente todas las semanas, y luego hago deporte, tengo alguna reunión allí...
C. ¿Nuevos proyectos allí? S.C. Estoy viendo. Tengo un grupo de amigos que son de allí y son gente emprendedora y creativa, Oporto es una ciudad en la que todavía hay mucho por hacer, y está creciendo mucho. Pero son solo cosas que pienso.
C. ¿Se ha planteado hacer televisión en Oporto? S.C. Es difícil, porque está Porto Canal, que es un canal local, y me han propuesto ir entrevista, a algún programa… Al principio vi una limitación el idioma, y ahora que hablo bastante bien, no me apetece hablar de deporte y tampoco tengo mucho tiempo.
C. Hace un tiempo se dijo que iba publicar un libro. ¿Es cierto? S.C. Eso es real. Estoy en ello y va bien, pero se tarda mucho en escribir, sobre todo el tipo de libro que me ofrecieron hacer y que, desde la humildad, quiero que quede chulo. Entre tanto, estoy con otra cosa relacionado con la escritura que va a salir pronto. No puedo decir más.
C. Lleva casi una década de relación con Iker. ¿Cuál es el secreto para que la relación se mantenga fuerte? S.C. No hay secreto. Es, como se suele decir, tener un proyecto común. En este caso nos ha ayudado estar en otro país, porque te une mucho. Los peques también nos han unido, a lo mejor en otros casos desunen, pero nosotros estamos así a gusto.
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