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Meryl Streep puede ser la reina madre, pero si hay una actriz estadounidense madura que sale a exhibición por película esa es Annette Bening. Ahora tenemos ‘La gaviota’ en el cine y el DVD de ‘Las estrellas de cine no mueren en Liverpool’ sale el 18 de septiembre. Cuando Chéjov estrenó su obra en 1896 fracasó, pero Stanislawski la volvió a presentar dos años después con el Teatro del Arte de Moscú y eso fue el comienzo de un clásico. Y un clásico ya trata de lo que siempre va a importar.
De la necesidad de notoriedad de la juventud (eso que Harold Bloom llama la ansiedad de la influencia) y de la frustración que supone perder esa juventud. Annette Bening, Saoirse Ronan, Brian Dennehy, Elizabeth Moss… Quizá lo mejor sea el reparto, pero Michael Mayer, el director, no estropea una obra semejante, tan extraña de llevar ahora al cine. No hay novedades ni modernidades y quizá eso sea lo que más se agradece. También que a Tom Hulce, el Mozart de ‘Amadeus’ se empeñara como productor en sacar adelante su proyecto.
La editorial Península reedita ‘La reina de Saba’ de André Malraux. Cuesta trabajo decidir cuál de los dos personajes es más legendario. Pero sí cuál es más mamarracho. Como su biógrafo Olivier Todd escribió, Malraux es “el primer escritor de su generación que logró edificar de una manera eficaz su propio mito”.
Escritor, arqueólogo y político, el que todavía era escritor, y después de ganar el Goncourt con ‘La condición humana’, se embarcó en 1934 en la aventura de buscar la capital de la reina de Saba. Saint-Exupéry se negó a sumarse y Malraux partió con una avioneta y el piloto Corniglion-Molinier. El relato de su viaje se publicó en ‘L’intransigeant’ en siete artículos que rescataría en sus ‘Antimemorias’. Describe el itinerario combinándolo con su erudición bíblica y coránica (en ambos libros sagrados se habla de la reina de Saba).
La cuarentañera Lisa Halliday, premios aparte, ha tenido un elogiadísimo debut literario. ‘Asimetría’, su primera novela, es deslumbrante y virtuosa. Está dividida en tres partes. En la primera, una joven editora estadounidense establece una relación con Ezra Blazer, escritor famoso y mucho mayor (un trasunto de Philip Roth, con quien la autora tuvo una relación).
En la segunda, un economista iraquí estadounidense camino de visitar a su hermanastro en Kurdistán es detenido en el aeropuerto de Heathrow por agentes de inmigración. Las reflexiones del joven Amar son de una extraordinaria madurez (las de la autora, claro). Luego hay un segmento final con una entrevista ficticia a Blazer donde se ve la voz de Roth sobre el amor, la música y la literatura (aunque la autora diga que no hay relación). Pero sobre el epílogo inesperado no se debe decir mucho.
Al analista de la CIA Jack Ryan lo han interpretado en el cine Chris Pine, Ben Affleck, Alec Baldwin y Harrison Ford. En la televisión lo hace John Krasinski (‘The Office’). El personaje de Tom Clancy es el protagonista de la serie estrella de la temporada en Amazon, con Carlton Cuse (‘Perdidos’) como guionista y Michael Bay como productor ejecutivo.
Aunque la historia no está basada en ninguna de las novelas de Clancy. Ahora sabemos más de Ryan, de su vida anterior, de quién es. Pero, faltaría más, hay una trama. La cosa parte de los movimientos financieros que Ryan vigila en Yemen. Y descubre que algo gordo se avecina. El enemigo es un terrorista de Oriente Medio distinto a los del ISIS que la CIA conoce. La conjunción de escenas cotidianas de despacho, familiares y de acción hacen de ‘Jack Ryan’ un entretenimiento nada desdeñable.
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