Marta Robles posa con su nuevo libro para 'Corazón'. /
Instalada en la novela negra, Marta Robles vuelve con La mala suerte, el último caso del detective Tony Roures, con el que la autora aborda las desapariciones de adolescentes y las ansias por tener hijos recurriendo a lo que haga falta. Madre de tres varones y felizmente casada, habla de sus desvelos y trabajos mientras confiesa que aún no acaba de encontrar la seguridad que sin embargo irradia.
Corazón Usted no aparenta ser una persona con mala suerte. Marta Robles He tenido muy buena suerte en la vida pero te aseguro que si la mala suerte se cierne sobre alguien te puedes dar por acabado. Hay gente a la que le pasa y es muy complicado.
C. Su última novela es muy actual e incluso todas las referencias de ciudades son reales. Empezando por la desaparición de una joven de 18 años que en algo puede recordar al caso de Diana Quer que tanta atención tuvo. M.R. He querido hacer una reflexión sobre la profesión de periodista y también sobre lo que les ocurre a los familiares. El caso de Diana Quer es uno más de las muchísimas desapariciones que ocurren cada año y que muchas veces quedan sin resolver. Y te aseguro que si a cualquiera de nosotros nos ponen un foco continuo sobre la cabeza algo encontrarán. Es muy difícil vivir algo así y encima con repercusión. No me he basado en el caso de los Quer sino en muchos otros ejemplos en los que, en el 90% de las ocasiones, el enemigo suele ser alguien muy cercano a la víctima y de ahí que, en caso de no encontrarse al culpable, siempre quede la sombra de la sospecha sobre su entorno más directo. Pero en mi novela la desaparición es una manera de llegar a otros asuntos que trato como son los abusos sexuales o lo que está pasando en muchos sitios con las técnicas de fertilidad.
C. ¿Cuánto de la Marta Robles madre hay en este libro? ¿Se ha puesto en la piel de esa familia? M.R. Me siento más cercana a mi detective Roures, que es quien se plantea las reflexiones que me preocupan. Es quien afirma que para ser buena persona o feliz en la vida no es necesario tener hijos. El mundo está plagado de historias de padres y madres que no han sido precisamente buenas personas.
C. No vamos a desvelar la trama, pero los sistemas de fecundación para padres que no pueden tener hijos se analizan y despiezan en su nuevo libro. Tras leerlo no tengo claro su opinión sobre la gestación subrogada y otros métodos de fecundación. M.R. En ese asunto prefiero mantenerme en un discreto segundo plano, lo que sí hago es, a través de mi protagonista, explicar lo que está pasando para que sea el lector el que se haga su opinión. Me parece de una gran hipocresía pensar que hay técnicas que sí y otras que no, o lo que es lo mismo, pensar que solo hay negocio en la gestación subrogada y no en la reproducción asistida, donde hay temas que nos ponen los pelos como escarpias. Creo que todo debería estar absolutamente regulado para que nadie pueda abusar de otra persona. No entiendo que haya quien compare la gestación subrogada con la prostitución, puesto que lo primero no es indigno para una mujer y lo segundo sí. Además conviene recordar que los donantes de óvulos o esperma también reciben una compensación económica.
C. ¿Y le gustaría que una hija suya hiciera de vientre de alquiler? M.R. Cuando yo era muy jovencita una amiga sufría mucho por no poder tener hijos y recuerdo que pensaba que me prestaría a ayudarla. Dicho lo cual, te aseguro que me parece más peligroso el altruismo con una amiga o hermana que el contrato firmado con un desconocido. Hay que pensar en el niño que va a nacer y los derechos que tiene. Si las hermanas o amigas en el futuro se pelean, sería perjudicial para ese niño ya que le salpicaría. De ahí que apueste por la regulación y el control.
C. ¿No cree que la maternidad está sobrevalorada? Parece que quien no tiene hijos es un desgraciado. M.R. Sinceramente no creo que la felicidad resida en tener hijos.
C. Habrá quien piense que incluso serían más felices sin ellos… M.R. Hombre no diría eso. Hay personas que no conciben su existencia sin llegar a ese momento. Lo que hay que tener claro es que cuando uno tiene un hijo tiene que ser obligatoriamente generoso, porque de otra manera se convierte en un monstruo.
C. ¿Se siente cómoda escribiendo las escenas de alto contenido sexual? Lo digo porque tiene varias y bastante intensas. M.R. Bueno ya llevo más libros y es verdad que en este me ha salido todo más fluido. Son diferentes momentos y aprovecho para describir los abusos sexuales entre los jóvenes e incluso las violaciones que se tapan por la propia familia. Mi personaje estrella es una mujer libre, que me ha divertido describir cuando lleva la iniciativa y pilota las escenas de sexo consiguiendo que mi detective se obsesione y solo pueda pensar en eso. Es gracioso, porque algunos amigos que lo han leído me aseguran que es verdad y que se sienten así.
C. Madre de tres hijos y con noticias a diario de abusos a menores. ¿Cómo les prepara? M.R. Hoy el problema de los chicos en general es la cantidad de porno que consumen en Internet. Sé por profesionales que trabajan en prostíbulos que ellas mismas se quedan alucinadas con las peticiones de sexo aberrante que les piden los más jóvenes y que han visto en Internet. Es triste que las chicas entren en juegos peligrosos por intentar estar en la onda. Hablo muchísimo con mis hijos y me preocupa como lo que más. Hay que explicarles lo que es una relación normal e introducirles valores.
C. ¿En quien se ha inspirado para su protagonista-detective? M.R. Sin duda alguna, en Arturo Pérez Reverte, ya que antes de detective, mi Roures fue corresponsal de guerra. Es Arturo y son otros amigos corresponsales con los que he hablado y también cosas que me he inventado ya que el personaje ha ido modelándose con cada novela. Te diré que es un tipo con el que me iría al fin del mundo.
Marta Robles posando para nuestra cámara en un momento de la entrevista. /
C. Hasta la fecha ese hombre es su marido, Luis Martín de Bustamante quien una vez más se encarga de poner la banda sonora a su novela. M.R. Sabe muchísimo de música y tiene una colección de psicodelia muy buena.
C. ¿Y a usted la vida como le va? M.R. Vivo un momento estupendo. Tengo un punto de serenidad que me faltaba en el pasado y eso hace que no me empeñe en cosas que no merecen la pena. Cuento con buenos amigos sin necesidad de tener que verles a diario. Solo están ahí y eso me reconcilia con la vida.
C. ¿Y ya ha ganado en seguridad en usted misma? M.R. He ganado en seguridad dentro de un orden, digamos que he conseguido domesticarla y que vivo más tranquila pero, vamos, segura aún no lo estoy.
- “Hablar de sexo no es un tabú”