Joan Collins y el apocalipsis, protagonistas de 'American Horror Story'

Ryan Murphy y Brad Falchuk han estrenado 'American Horror Story: Apocalypse', octava entrega de la serie de terror. En este caso, aunque empiece con el fin del mundo, Murphy mezcla dos temporadas, la primera ('Murder House') y la tercera ('Coven'). 'Apocalypse' rescata a Jessica Lange para interpretar a la inquietante mujer a la que dio vida (o lo que fuera) en ‘Murder House’.

De esa entrega, el primero en aparecer en lo nuevo ha sido su hijo adoptivo, el anticristo. Las temporadas pueden gustar más o menos, quizá las mejores son la segunda (la del manicomio) y la primera, pero todas tienen algo. De 'Coven', aunque no fuera redonda, recordamos la cabeza de Kathy Bates, una esclavista sádica, obligada a ver 'Raíces' por Gabourey Sidibe. Ambas vuelven a la serie.

También Frances Conroy, cuyo grito "¡Balenciaga!" es otro de los momentos más recordados de la serie. Y, bueno, debuta Joan Collins, ¿qué más se puede pedir? En Fox.

El título original es 'Chappaquiddick'. Cualquiera con memoria asocia esa isla con Ted Kennedy. Con el día que tuvo un accidente de coche con Mary Jo Kopechne y esta murió abandonada y ahogada en el lago Poucha. Era la exsecretaria de su hermano Bob y ese homicidio involuntario le impidió presentarse a presidente -él no necesitó que lo mataran, con dejar ahogarse a una chica tuvo suficiente-. Lo sorprendente es que hasta su muerte siguió siendo el senador demócrata más respetado en su país.

La película de John Curran -director de 'El velo pintado'-, que aquí se llama 'El escándalo Ted Kennedy', rescata el suceso ocurrido el 18 de julio de 1969. Y lo hace como si los Kennedy fueran los Corleone y estuvieran en un drama de Shakespeare. La película es correcta y poco más, pero es una oportunidad para recordar este hecho vergonzoso. Y Bruce Dern está fantástico como el horrible padre.

Arcadi Espada publicó 'Contra Catalunya' en 1997. Ariel la ha vuelto a editar y esa crónica de un tiempo donde fue difícil ejercer la razón crítica sigue vigente. La discrepancia iba "contra Catalunya". Más de 20 años después, dice su autor que que lo escrito era un presagio y una advertencia "de la catástrofe moral y política que se iba a desencadenar en Cataluña y en el resto de España", pero que en realidad era una descripción de lo que ya estaba pasando.

Ya había un presidente xenófobo con Jordi Pujol. Y Pujol es uno de los protagonistas de este libro necesario entonces y ahora. El presidente del ‘avui no toca’, lo que decía ante cualquier pregunta que le incomodara, resume su relación con la prensa. El libro es una colección de crónicas. El propósito, dar respuesta a un mandato de Joubert: “Investigad la corrupción que dejan los tiempos prósperos”.

La gran sorpresa de la cartelera veraniega estadounidense ha sido 'Crazy Rich Asians'. Una loca comedia romántica sobre ricos asiáticos. De momento, aquí tenemos 'Locos, ricos, asiáticos' (Suma), la divertida y adictiva novela de Kevin Kwan en que se basa. La neoyorquina Rachel Chu viaja con su novio, Nick Young, a Singapur y se encuentra (él se lo había ocultado) con un mundo de opulencia que no había podido imaginar. Con una familia tan rica como clasista. También se encuentra con que sus vacaciones van a ser un problema.

Su novio es el soltero más codiciado del país y tiene que sufrir a las pretendientes. Mitad comedia romántica, mitad sátira social, 'Locos, ricos, asiáticos' no descuida la moda o las falsificaciones. Tampoco la comida. Es una novela que da hambre. Y seguramente, la única manera de asomarse al verdadero y actual lujo asiático.

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