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Su leyenda de 'playboy' le persigue desde los años 80, cuando Imran Khan era joven, guapo, vivía en Londres y era uno de los mejores jugadores de cricket del mundo. En julio, Khan ganó las elecciones en su país y se convirtió en el nuevo presidente de Pakistán. Unos meses antes, se había casado por tercera vez.
Su tercer matrimonio, con Bushra Maneka, no fue como los anteriores. "Si alguien me hubiera dicho que me casaría con una mujer sin verle la cara, le hubiera dicho que estaba loco". Efectivamente, dada su reputación parece imposible. "Mi mito de playboy se ha exagerado, pero tampoco he sido un santo", ha dicho él.
De hecho, Khan no se casó hasta los 42 años. Ella, de apenas 21, era Jemima Goldsmith, una joven de familia aristocrática que dejó la universidad y se convirtió al islam para casarse con él. Tuvieron dos hijos y se trasladaron a Pakistán, donde él inició su prometedora carrera política. Pero Jemima no supo adaptarse al cambio y se separaron en 2004, aunque siempre han conservado una buena relación.
En 2015, Khan se casó de nuevo con Reham Ramzan, presentadora del tiempo en la BBC. El turbulento matrimonio apenas duró diez meses. Desde su divorcio, Ramzan ha escribo un escandaloso libro en el que acusa a Khan de ser bisexual, consumir drogas y haber tenido hasta cinco hijos fuera del matrimonio. "He cometido algunos errores en mi vida, pero mi segundo matrimonio ha sido, sin duda, el más grande de todos", ha dicho él.
Su tercera boda no tuvo nada que ver con las anteriores. Él y Bushra Maneka, una conocida líder espiritual y estudiosa pakistaní, se conocieron cuando él estaba profundizando en su espiritualidad y ella todavía estaba casada.
Después de 30 años de matrimonio y cinco hijos, Maneka se divorció y ella y Khan se casaron en febrero sin que el político pudiera ver el rostro de su mujer, profundamente religiosa, hasta después de la boda. "No me decepcionó y ahora estoy felizmente casado".
Durante la toma de posesión de Khan, la nueva primera dama sorprendió a todos luciendo un velo blanco que la cubría por completo. Su apariencia causó un gran revuelo en Pakistán, donde nunca antes una 'first lady' se había cubierto durante un acto público. Desde entonces, Maneka apenas se ha dejado ver. Según ha explicado el propio Khan, a su mujer le gusta estar en casa y apenas suele salir.
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