La conmovedora historia de la primera dama de Alemania

lejos de alemania, poca gente conoce a Elke Büdenbender, pero esta mujer de 56 años, discreta, elegante y alérgica a los focos, es la primera dama de Alemania. Casada con el presidente Frank-Walter Steinmeier, ocupa el puesto del marzo de 2017. Hace unos días, la pareja visitó España, donde fueron recibidos por los Reyes en el Palacio Real.

Aunque en este tipo de citas internacionales la canciller alemana, Angela Merkel, y su marido, Joachim Sauer, suelen acaparar todo el protagonismo mediático, el matrimonio presidencial es muy popular (más que la propia Merkel) en Alemania.

En 2008, Steinmeier, miembro del partido socialdemócrata y exministro de Exteriores, se enfrentó a Merkel en las urnas, pero salió derrotado. Dos años después, su vida personal saltó a las portadas de los periódicos. Los médicos le comunicaron a su mujer que sus persistentes problemas renales se habían complicado y necesitaba un trasplante de riñón con urgencia.

Entonces, Steinmeier aparcó su carrera política, dejó su escaño en el parlamento y, después de comprobar que sus órganos eran compatibles, decidió cederle uno de sus riñones a su esposa. "La donación no es un gesto heroico ni un regalo para mi esposa. Si lo fuera, sería un regalo para los dos, para poder tener más tiempo para estar juntos", explicó. Desde entonces, su historia de amor ha cautivado a la prensa germana y a sus compatriotas.

Se conocieron siendo estudiantes universitarios. Ella había trabajado como dependienta y comercial en una empresa de logística antes de matricularse en la facultad de Derecho. Se casaron en 1995 y tuvieron una hija. Mientras él empezaba a labrarse una prometedora carrera política, Büdenbender terminó superando las oposiciones para convertirse en jueza y consiguió una plaza en un tribunal administrativo de Berlín.

El año pasado, cuando su marido se convirtió en presidente de la república, Büdenbender tuvo que pedir una excedencia de su puesto. Desde entonces, la pareja goza de una enorme popular en Alemania, aunque su función es meramente representativa. En este tiempo, la primera dama se ha dedicado al trabajo solidario y de cooperación, colaborando con organizaciones como UNICEF y acompañando a su marido en los viajes oficiales.

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