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Le pasa a ‘El veredicto’ algo parecido a ‘La buena esposa’. Si en esta lo más importante era Glenn Close, en la primera es Emma Thompson. Ellas sobresaliendo. Da igual si la trama flojea a veces. Aunque no sé si Emma Thompson recitando a Yeats es bueno o malo. Basada en 'La ley del menor', novela de Ian McEwan (de hecho es el título original y subtítulo de la innecesaria traducción española), está protagonizada por una magistrada al frente de un juzgado de familia que atraviesa una crisis matrimonial. Se le presenta un caso en el que un adolescente enfermo de leucemia se niega a una transfusión de sangre por ser Testigo de Jehová. Por supuesto, ella debe decidir si la transfusión debe llevarse a cabo (aunque lo cierto es que la ley británica pone la salud por encima). En el guión adaptado por el propio McEwan se junta el melodrama, la grandilocuencia y lo ridículo. Menos mal que está Emma Thompson.
Breve, intensa y otras cosas más importantes es 'La niña en llamas' (Galaxia Gutenberg), de Claire Messud, de quien ya conocíamos 'Los hijos del emperador' (con el fondo del 11-S). Messud es miembro de la élite intelectual estadounidense. O al menos da clases en Harvard de escritura creativa. Y pese a ello, escribe bien. Messud nos trae a Julia y Cassie, dos amigas inseparables desde la guardería en un sitio llamado Royston (Massachusetts). Sus lealtades infantiles y su ruptura cuando el mundo adulto acecha. Todo lo que las une y todo lo que la separa. Es una de esas novelas contadas por una voz joven, como 'Matar a un ruiseñor' o 'El guardián sobre el centeno'. Dice su autora que quiso escribir un cuento de niños para adultos. Una novela que capta la esencia de los adolescentes de hoy. Una ficción psicológica (qué hay en esas cabezas y qué cambia) en la que la autora se va guardando información.
Vuelve 'Vergüenza' (Movistar +) con su segunda temporada. Ya fue noticia la primera. Es decir, que en España se hicieran comedias, que duraran 25 minutos y que fueran buenas. Eso era extraordinario. Dirigida y escrita por Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero, es la historia de un matrimonio que hace mucho el ridículo en su vida normal (sobre todo él, pero no solo).
Javier Gutiérrez y Malena Alterio hacen que de verdad las situaciones en que se meten produzcan sonrojo. Aunque sea la relación con los otros padres. Porque en la segunda temporada la gran novedad es que son padres. En lo cotidiano está el bochorno que producen, la incomodidad de verlos meterse en jardines que no sabíamos ni que existieran. Hay gente que cierra los ojos con escenas de terror o de violencia extrema. Me resulta menos incómodo un descuartizamiento (en el cine, en el cine) que algunas de las escenas que protagonizan estos dos.
William M. Thackeray era tan divertido como Dickens. Lo demostró en 'El libro de los esnobs' y en 'La feria de las vanidades', su novela más conocida. Era único, según Charlotte Brontë, de quien Thackeray elogiaría 'Jane Eyre'. Alba Clásica Maior ha editado en tapa dura (muy regalable) 'La feria de las vanidades' con ilustraciones del autor. Un autor que sabe mucho de esnobs y de mujeres que medran. Eso es Rebecca, de origen humilde, protagonista de 'La feria de las vanidades' (la otra es la dulce Amelia Sedley, de buena familia, aunque seguro que Thakeray prefiere a Rebecca). Dos mujeres inolvidables. Y la obra, uno de los mejores retratos de la sociedad inglesa a principios del siglo XIX. Una "novela sin héroe" la llamó Thackeray. Nada de una mirada agradable a lo que tenía alrededor. Es gente con más vicios que virtudes. Lo normal.
- Más allá de la transformación de Christian Bale
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