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Fue un gesto casi imperceptible, totalmente discreto, pero a la vez diseñado para convertirse en un fenómeno viral. George W. Bush saludaba con un apretón de manos a todos los expresidentes y ex primeras damas sentados en la primera fila del funeral de su padre, George Bush, fallecido el pasado 30 de noviembre a los 94 años.
Pero al detenerse frente a Michelle Obama, hizo un gesto diferente, la miró con complicidad y le pasó la ‘mercancía’. Ella sonrió afectuosamente. En el momento más solemne, en pleno servicio religioso y rompiendo el protocolo, Bush le ofreció un caramelo a la ex primera dama. Era una pequeña broma privada y una nueva evidencia de su ya legendaria complicidad que ha dado lugar a una amistad tan improbable en teoría como genuina en la práctica.
En septiembre, durante el funeral del senador republicano John McCain, Bush y Obama protagonizaron una anécdota idéntica, cuando la primera dama le pidió al expresidente un caramelo para la tos durante la misa y él se lo dio con toda discreción. Sin embargo, el vídeo del momento dio la vuelta al mundo y su relación se convirtió en la comidilla de las redes sociales.
Su entrañable amistad surgió gracias al protocolo, que les obliga a sentarse juntos siempre que coinciden en un evento oficial. Y las imágenes de sus encuentros son la prueba definitiva de la excelente química entre ellos: cuchichean, se abrazan afectuosamente, bromean o se cogen de la mano.
"Es mi compinche en estos eventos, donde coincidimos a menudo. Le adoro. Es un hombre maravilloso, dulce, amable y muy gracioso", ha dicho ella de él. "Le encanta mi sentido del humor. Y a mí me encanta cualquiera al que le guste mi sentido del humor", ha dicho él de ella.
De hecho, Obama suspendió la gira promocional de su 'best seller' para acompañar a su amigo en el adiós a su padre. Para ellos, las diferencias ideológicas (él es republicano; ella demócrata) nunca han sido un obstáculo. Su buena sintonía contrastó con la indiferente gelidez con la que Bush saludó a Donald y Melania Trump, que a su vez tampoco estrecharon la mano de los Clinton…
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