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11 minutos. Ese es el tiempo que permaneció ayer Kevin Spacey dentro del juzgado de Massachusetts donde tenía que prestar declaración en relación a la acusación de abuso sexual de un joven de 18 años que sitúa los hechos en el año 2016. Este no es otro que William Little, hijo de una conocida presentadora de televisión en Estados Unidos.
Spacey, que fue informado por el juez de que podía sentarse cuando quisiera, tan solo se limitó a asentir con la cabeza a una de las preguntas del magistrado, Thomas Barrett, y sostuvo que es inocente del delito de abuso que se le imputa. Tras esta primera vista, fue puesto en libertad sin fianza.
El juez, además, no le ha pedido que entregue el pasaporte, al entender que no hay riesgo de fuga. Lo que sí le ha prohibido es acercarse y contactar con la presunta víctima y a la familia de esta. Unas medidas de precaución que se llevan a cabo tras la petición de la acusación.
La defensa de Spacey se apoya en el hecho de que William no denunció los hechos de manera inmediata. Un argumento sobre el que han construido la defensa y cuya línea seguirán en esa segunda vista que se ha fijado para el próximo 4 de marzo.
Este juicio supone tan solo el primero de todos los que tendrá que afrontar ante las casi 60 acusaciones por casos similares en las que se ha visto envuelto en el último año y medio y que le costaron su papel en la serie 'House of Cards'.
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