Imagen de archivo de una manifestación en contra de las agresiones a mujeres. /
Recoger los adornos de Navidad, mirar de reojo a la bandeja de dulces que han sobrado y a ese roscón de reyes que aún queda en la nevera. Terminamos con los retos de las fiestas y a otra cosa. Damos carpetazo a la Navidad y actuamos casi con alivio al saber que hemos sobrevivido a unas fechas llenas de compromisos que nos empeñamos en complicar y que se resumen en algo tan sencillo como estar juntos, a gusto, por encima del menú o los regalos.
Ahora sí que sí. Damos por inaugurado 2019 cargados de energías y buenos propósitos. Quien más quien menos se ha propuesto algún pequeño logro para esta antesala de una nueva década. Hay quien ha redactado un listado conciso con detenimiento o quien se ha comprometido a quizá menos, pero con más decisión.
Sea como fuere, las propuestas de quien se coloca ante nosotros en el espejo cada mañana, ya están ahí. Y ahora toca ser constantes y consecuentes. Cambiar hábitos y notar la diferencia entre el antes y el después para sembrar el nuevo año de pequeñas satisfacciones. Nada cambia si uno no cambia, pero hay cosas que no varían. Y no solo no evolucionan sino que presiento que van a peor.
Después de otro año trágico con casi 50 mujeres muertas a manos de sus parejas, la violencia machista se hace más evidente. No hay día en que no veamos un nuevo titular en el que se haga palpable una realidad que algunos pretenden camuflar, tergiversar, confundir y diluir. Ni un paso atrás con cualquier muestra de autoridad vehemente, injusticia, abuso o violencia.
Quien pretenda silenciar la voz de una sociedad que por fin comienza a concienciarse de la necesidad de denunciar esta barbarie acallada durante siglos, se encontrará con hombres y mujeres unidos que sueñan con un futuro igual, respetuoso y justo. Quien tema perder ‘su territorio’ a costa de dialéctica errónea y jugar con el léxico, tendrá que aceptar que ese espacio, ni es suyo ni jamás le será concedido, si antes no reconoce la igualdad entre seres humanos, sean del género que sean.
Hace 15 años, un día de los inocentes, por cierto, se aprobó una ley de violencia de género y doméstica. Ojo a este último término, doméstica, que asume la violencia en el hogar hacia menores, los más vulnerables. Aún así, solo el 27% de las víctimas de violencia machista denuncian ante la Justicia.
Fue una ley aprobada unánimemente por parte de los partidos políticos, dando paso una nueva era. Una ley orgánica que ahora se pretende cuestionar, derogar o incluso utilizar como moneda de cambio para el poder.
Las cartas están más que nunca sobre la mesa, boca arriba, diciendo aquello de "esto es lo que hay". Como ejemplo de la jugada que tiene y por lo que apuesta, como en el mus, un órdago a la chica. Una chica que no se achica y que no vamos a permitir que nadie la toque. Y ya se sabe, "jugador de chica, perdedor de mus". Y si ‘envidan’, nosotros, juntos, siempre más.
- Ruas viejas y nuevas emociones
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20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?