A principios de los 90, se presentaba ante el público televisivo. Lo hacía de la mano de Jesús Hermida, en Antena 3. Sin emnargo, puede que el nombre de Belinda Washington siempre lo asociemos a dos espacios como '¡Qué me dices!' -que presentaba al lado de Chapis- y el magacín 'De domingo a domingo'.
Han pasado más de 20 años y el público no se ha olvidado de ella. Quizás, porque a pesar de que ahora su presencia en la pequeña pantalla es menor, dejó un buen sabor de boca por su naturalidad. Por eso, y porque no ha dejado de trabajar. "Hay temporadas en las que te falta un poco más de lo que te gustaría, y otras en las que dices: 'Dios, no doy a abasto'", nos confiesa.
Belinda se encuentra ahora embarcada en un proyecto pionero: la primera serie en Instagram de Plano a Plano. Ella es la cabeza pensante -co-creadora junto a César Benítez- y la coprotagonista de un formato de diez capítulos, 'Pasionaria Millennial' ( @pasionariamillennial ), en el que comparte escenas con María Herrejón. Ella misma nos cuenta de qué se trata...
Corazón Cuéntenos, ¿de qué va 'Pasionaria Millennial'? Belinda Washington Lola, a la que doy vida, es una antigua estrella que tuvo éxito hace mucho tiempo y, ahora que está en horas bajas, se da cuenta de que el éxito está en las redes sociales, en ser 'influencer', en tener muchísimos seguidores… Que es así como vuelven a ti las marcas y se vuelve a brillar. Entonces le propone a su hija, Maca (María Herrejón), que es una anticapitalista, más bien comunista, con ganas de igualdad, muy reivindicativa y rebelde, abrir una cuenta de Instagram para que le ayude a recuperar la fama. Y esta no quiere. Es la lucha de esa madre por conseguir lo que sea al precio que sea.
C. ¿Cómo definiría el concepto 'millennial'? B.W. Mil euros como sueldo, pero es una etapa en la que esperas que todo sea maravilloso y la realidad, desgraciadamente, es más difícil. Nos ha pasado también a nosotros, de otra manera. Es buscar oportunidades, vivir con lo justo, intentar, a veces, sobrevivir… Pero hay muchos 'milleannial' estupendos, grandes luchadores y que se reinventan. Buscan la manera de salir adelante. Muchas veces, es más rico el que menos necesita, no el que más tiene
C. ¿Tiene usted algo que ver en la vida real con su personaje? B.W. En nada. A ver, en lo de la locura sí. Las cosas que hace Lola, yo no estaría de acuerdo. No todo vale. Pero me gusta ese punto de Lola: la valentía, la locura, el fluir y atreverse con todo, tirarse sin red en la vida e ir a por tu objetivo. Y me gusta mucho la relación madre e hija.
C. ¿Cuál es la mayor locura que ha hecho usted? B.W. Casarme (risas). Yo hago muchas locuras, me dejo mucho fluir con la vida. Creo que estar vivo implica eso, el tener una parte de locura. Para mí, el tema de la fama no es tan importante. Para mí, es más importante el trabajo y hacerlo bien más que el reconocimiento. Son palabras que uso más normalmente.
C. Usted ha tenido de las dos cosas, trabajo y reconocimiento. ¿Se sientes querida? B.W. Mucho. Y me sorprende, porque después de más de 30 años trabajando en esta profesión, con teatro, programas que han ido mejor o peor, estar en todas partes y, de repente, estar menos pero seguir trabajando, porque parece que no estás en la tele y no estás… Me sorprende que me digan cosas bonitas por la calle. No es la misma exposición que cuando haces un programa en directo o todos los días, que incluso tienes falta de intimidad, en el sentido de que vas a cualquier sitio y te miran y te hablan… pero la gente es muy cariñosa.
C. Habla de falta de intimidad. ¿Alguna vez se has sentido incómoda por ser un personaje público? B.W. No. Por eso te digo, que la gente ha sido muy cariñosa, incluso cuando estaba en casa de toda la gente con el '¡Qué me dices!' o el 'Domingo a domingo', la gente era respetuosa. Además, como tampoco he sido un personaje que haya dado pie a cosas extrañas, 'frikiladias', me han respetado
C. ¿Por qué decidió embarcarse en un proyecto como este? B.W. Fui yo con la idea original a contársela a César Benítez. Soy muy creativa y me gusta darle vueltas a la cabeza y pensé que no había nada en Instagram en estos momentos. Porque no son 'sketches'. Es una serie que empieza y acaba. Hay una situación, un clímax y un tono. Y me apetecía hacerlo con Plano a plano, porque conozco a César desde hace muchísimo tiempo, admiro todo lo que hace y su intuición y la forma en la que redondea y perfecciona su trabajo. Es uno de los grandes de este país. Hablé con él, le vibró el proyecto y empezamos a trabajar. Sintetizar una historia en un minuto, es casi magia. Con cámaras, con planos diferentes, con texto.
C. ¿Qué tal acogida ha tenido? B.W. Buenísima. Además, María Herrejón es maravillosa y todo el mundo dice que hacemos muy buen tándem. La acogida ha sido fabulosa: un montón de descargas, cada día más seguidores. Estamos muy contentos y esto seguirá creciendo. Estamos seguros.
C. ¿Cree que hay futuro para crear series de este tipo en Instagram? B.W. Yo creo que sí. Ser los primeros me parece un reto maravilloso. No es un plano fijo, hay planos y contraplanos, hay localizaciones… Todo en un minuto. Instagram es una plataforma maravillosa en la que se consume muy rápido todo y es muy visual. La gente está todo el día metida en Instagram a ver qué hacen los demás, qué cuelgan de sus vidas… La serie es una reflexión también a lo que son las redes sociales y lo que somos capaces de hacer con ellas para conseguir seguidores.
C. ¿Qué pos y contras que le ve a Instagram como personaje público? B.W. Contras, que los vídeos deberían durar más. Para mí, todo lo demás son pros. Me parece que es un vehículo y una plataforma maravillosa. Hay gentes que pone cosas más de estilo o de gastronomía… Yo lo uso sobre todo para cosas de trabajo, temas inspiracionales de frases que puedan ayudar, teatro… Pero también es curioso para hacer un estudio social, porque es como el lugar idílico o la vida idílica que te gustaría transmitir. A nivel sociológico y psicológico me parece interesante. Hay de todo: hay gente que es sincera, gente que lo usa para reivindicar, para ayudar... Hay muchas maneras de darle una utilidad a las redes sociales que no sea el narcisismo del estoy soy yo.
C. Pionera en las series en Instagram y también lo fue en el tema de los programas de corazón, con '¡Qué me dices!. ¿Cómo cree que ha cambiado la prensa del corazón desde que usted empezó? B.W. Bufff, estás hablando de hace 21 años… Mucho. Pero hay mucho que sigue siendo igual. El '¡Qué me dices!' tenía muchísimo humor. Había mucha frescura, porque las cosas de las que se hablaba acababan de suceder. No había un cue en el que pudieras leer. Si no estaba la pieza para emitir, tenías que enrollarte e improvisar, y eso me encantaba. Antes ya había corazón, pero fue el primer programa en el que el uso del lenguaje, de la imagen, de las gamberradas sanas empezó a tener cabida. Ahora, han evolucionado un montón. Luego está el mundo del ser famoso a costa de lo que sea, volvemos a la idea de la serie, lo que somos capaces de hacer para conseguir esa fama.
C. ¿Y cómo ha cambiado el trato entre prensa y personaje? B.W. No. Los personajes que tienen una profesión y que cobran por su trabajo, tienen un respeto por parte de la prensa inamovible. Los personajes que viven de su vida privada, que les gusta montar escándalos y follones, el respeto es menor. Pero también ellos saben a lo que juegan. Cada uno sabe qué camino quiere tomar.
C. ¿Echa de menos la tele? B.W. Echo de menos, a lo mejor, hacer un formato como el 'Domingo a domingo', presentar un gran magacín. Eso sí. Pero he estado haciendo series hasta hace poco, el año pasado hice, acabo de estar en 'Tu cara me suena' y no he desaparecido de la televisión. Tengo proyectos de teatro, he rodado un corto… Gracias a dios, sigo disfrutando de mi profesión.
C. O sea, que no le falta el trabajo B.W. Ni me falta ni me sobra. Hay temporadas en las que te falta un poco más de lo que te gustaría, y otras en las que dices: "Dios, no doy a abasto". Pero como a todo el mundo.
Puedes ver el primer capítulo de 'Pasionaria Millenial' aquí.
20 de enero-18 de febrero
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