En octubre Anne Hathaway dejó de beber. ¿Tenía problemas con el alcohol? No, según acaba de contar a Ellen DeGeneres. Pero no quiere que nada interfiera en el cuidado de su hijo Jonathan, de tres años. Ni siquiera una resaca. "Él de verdad me necesita durante todo el tiempo por las mañanas", ha dicho.

El argumento resulta extraño, además de un tanto radical. ¿No puede beber sin emborracharse? Lo bueno es que se ha marcado un plazo: 'solo' va a ser abstemia 18 años. O sea, hasta que el niño deje de vivir con ella. O hasta que el chiquitín alcance los 21, edad a partir de la cual se puede consumir alcohol en EE.UU. de forma legal.

Esta historia nos ha recordado uno de los motivos por los que Hathaway se convirtió en la mujer más odiada de Hollywood: su fama de doña perfecta. O peor todavía: su afán por aparentarlo y luego meter la pata.

De esto último acaba de darnos un nuevo ejemplo Matthew McConaughey, su último compañero de reparto. Organizó una fiesta en noviembre por su cumpleaños y la invitó, pero no apareció. "Al día siguiente, estaba todavía en bata a las cinco de la tarde. Era la hora a la que había empezado la fiesta el día anterior y apareció Anne. Traía una botella de vino, globos y un regalo".

La más odiada

La actriz se había equivocado y llegaba 24 horas tarde. A pesar de ello, McConaughey organizó una fiesta para ella y su marido hasta las dos de la madrugada. ¿Qué pasó a la mañana siguiente con el pequeño Jonathan?, ¿no probó Anne el vino que llevó?, ¿no se tomó ni una copa en todas esas horas?, ¿no ha dicho que dejó de beber en octubre? Mejor no seguir haciendo preguntas.

Ahora el tema puede sonar a chiste, pero en 2012 se produjo un gran debate para averiguar porqué Anne Hathaway caía tan mal y recibía tantas muestras de rechazo. Hasta surgieron los 'hathahater', juego de palabras para designar a los odiadores —haters— de Hathaway.

Ella misma ha contado lo que sintió al encontrar un artículo titulado '¿Por qué todo el mundo odia a Anne Hathaway?': "Fue como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago o me abofetearan, me quedé estupefacta y avergonzada. Incluso ahora siento la vergüenza".

¿Qué fue lo que pasó? Las causas no están claras. Empezó a ganar muchos premios, incluido el Oscar, por 'Los Miserables', y a la sobreexposición hay añadir una actitud que no fue la mejor. Se mostró poco natural y demasiado afectada, según ella por su timidez. O fingía muy mal la sorpresa cuando abrían el sobre y decían su nombre. O robaba el protagonismo a sus compañeros al recoger el Globo de Oro como Mejor Musical cuando ella ya se había lucido con el galardón como actriz de reparto. Por no hablar del vestido que eligió para los Oscar y que convirtió a sus pezones en lo más comentado.

Solo el tiempo, y una intensa campaña de relaciones públicas, hicieron que sus 'haters' se relajaran. Esperemos que ahora la pesadilla no vuelva a empezar.

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