"No voy a contar nada, ya me ha molestado bastante que saliera en prensa". Con esa declaración - y estas otras palabras que puedes leer aquí - ante la prensa mostraba Rafa Nadal su profundo malestar por el hecho de que se hubiese filtrado la noticia de su boda con Xisca Perelló. Hombre de dar pocos detalles sobre su vida privada, se le debió de atragantar el desayuno cuando se vio en la portada de una revista hace dos miércoles.
Tanto, que días después había medios que sostenían que el tenista había, incluso, barajado la posibilidad de cambiar la fecha y de rehacer una lista de invitados en la que se encontraría el responsable de la filtración a la prensa. Un topo al que parece que, ahora, va a perseguir sin descanso. Hasta dar con su nombre.
El manacorí ha estrechado, aún más, su círculo de confianza y trata de conocer quién fue el que le traicionó. Es 'El Mundo' el que asegura que Nadal está reduciendo, cada vez más, el número de personas a las que cuenta sus cosas. Sobre todo, porque está labrándose un camino en el mundo de los negocios para cuando el tenis deje de darle de comer, y maneja una información sensible que no quiere que acabe en la prensa. Como la boda.
Para que nos hagamos una idea, cuando la información de ese enlace se publicó, había personas tan cercanas a él, como su tío Miguel Ángel -fue durante años su mano derecha-, que desconocían que tuviesen que irse preparando para acudir a un enlace. Así que, nos podemos imaginar cuánto de íntima era la persona que ha dado el chivatazo a la prensa y que ha provocado que Nadal se replantee muchas cosas.
Lo que sí que damos por seguro es que la boda estará blindada. La seguridad será máxima. Mucho más ahora que ha visto cómo no puede fiarse ni de su propia sombra.
¿Tomará represalias con ese topo cuando dé con él?
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20 de enero-18 de febrero
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