Quizás hasta hace un mes, pocos habían oído el nombre de Naomi Osaka. Al menos, pocos de los ajenos al mundo del tenis, de ese circuito femenino. La japonesa, con nacionalidad norteamericana, suma tres semanas como número 1 del ránking WTA y se ha convertido en la primera sensación deportiva, en el género femenino, de este 2019.
De pequeña soñaba con ser como Serena Williams. Así que, cuando hace un año, en el US Open se impuso a su ídolo, supo que había llegado el momento de convertirlo en realidad. De pasar de ese puesto 72 a lo más alto. Cuenta que, ese día, primero sintió un dolor inmenso al escuchar cómo la grada la abucheaba. Había destronado a la reina patria de la raqueta. Después, la propia Serena se le acercó, la abrazo y le dijo que estaba orgullosa de ella. "Cuando estaba en tercer grado, hice un trabajo de investigación sobre ella. Lo coloreé y todo. Decía: 'Yo quiero ser como ella'. Así que cuando la abracé ese día, me sentí como una niña otra vez", ha contado a una web especializada en tenis.
La historia de Naomi no es una historia al uso. Cuando tenía solo tres años, sus padres emigraron desde Japón a Estados Unidos. La razón no era otra que sus abuelos maternos no aceptaban a su padre, François, por el color de su piel. Así que decidió que haría de esa multiculturalidad su bandera. Eso a pesar de que, por mucho que su madre, Tamaki Osaka, intentó que aprendiera su idioma, fue incapaz.
Bien es cierto que el rechazo de esos abuelos que provocaron que hicieran las maletas, no han ayudado a que le coja ni siquiera cariño. A los 13 años les hizo una visita y, cuando les dijo que pretendía ser tenista, le dijeron que eso no era más que un pasatiempo, que buscase una profesión de verdad.
Puede que ese desprecio haya sido el principal motor de Naomi para llegar a la cima. También para que revistas como 'Vogue' se hayan fijado en ella como un nuevo icono de estilo dentro del mundo del deporte. Si se atreverá o no a convertir la pista en el escaparte ideal, como Serena, solo el tiempo lo dirá. De momento, su único 'capricho' es lucir colores llamativos. Mientras los resultados acompañen, no parece que su patrocinador, Adidas, vaya a poner impedimentos.
20 de enero-18 de febrero
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