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Si hay alguien a quien se esperaba con ansia en los Premios Oscar 2019, era a Lady Gaga - recuerda su gran año aquí-. Muchos esperaban que posara al lado de Bradley Cooper. En los últimos días, incluso, tras su ruptura de compromiso de boda, había quien se aventuraba a hablar de un posible 'affaire' entre los dos protagonistas de 'Ha nacido una estrella'.
Pero no. Lady Gaga posó sola. Espectacular con un vestido negro de Alexander MacQueen. Bradley lo hizo con las dos mujeres de su vida: su madre, que se ha convertido en una de las imprescindibles de esa alfombra roja, y, por supuesto, Irina Shayk - todas las parejas de la alfombra roja-. Adiós dudas y rumores.
Sin embargo, la cantante y ahora actriz tuvo su cota de protagonismo antes de lo que pudieramos esperar. Nada más comenzar la gala. No pudo evitar moverse al ritmo de las canciones de Queen que abrieron la ceremonia y los usuarios de las redes sociales no tardaban en hacerle un gif que se hacía viral en cuestión de minutos. Un baile que, como los aplausos de Nicole Kidman en 2017, ya tienen un hueco en la historia de los Oscar.
Estaba claro que las miradas se iban a centrar en ella que, pro supuesto, estaba sentada al lado del bueno de Bradley en un patio de butacas con nombres menos lucidos que en ocasiones anteriores. Pero Lady Gaga es capaz de llenar el hueco de 10 0 12 ausencias: puro carácter. Incluso, a la hora de bailar desde su asiento mientras da palmas al compás.
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