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No fue un buen día ayer para Cristiano Ronaldo, que se retiró del campo lesionado en ese partido que su selección, Portugal, disputaba en Lisboa contra Serbia -y en el que ambos combinados nacionales empataron a 1-. Y eso que en la grada contó con la incondicionalidad de su pareja, Georgina Rodríguez - que hace unos días se agarraba un enfado monumental por esto-.
La modelo lo había desvelado en las redes sociales, donde posó fuera de ese 'jet' privado que tenía que llevarla hasta la ciudad portuguesa para dar apoyo como público al hombre al que ha conseguido cambiar y junto al que, hace aproximadamente año y medio, se convirtió en madre.
Pero, además, este viaje sirvió para que la pareja del 'crack' de la Juventus de Turín nos confesase uno de sus grandes vicios y que parece haberse convertido en un buen aliado para conseguir que los trayectos se hagan más amenos: pipas. Sí, algo tan mundano y sencillo como las pipas.
Y aprovechaba para lanzar una encuesta en sus 'stories' de Instagram para ver si todos esos 'followers' que corren a ver que ha publicado cada vez que comparte algo están tan locos por las pipas como lo está ella.
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