Imagen promocional de 'La otra mirada'. / tve.

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Mirada de mujer en TVE

TVE decide seguir apostando por 'La otra mirada', a pesar del poco respaldo de la audiencia.

El pasado martes se presentó en Sevilla el rodaje de la segunda temporada de 'La otra mirada'. En estas páginas les hablamos de su estreno, y lo recomendamos por su interés y calidad… Es cierto que no nos hicieron mucho caso, qué le vamos a hacer, pero TVE ha querido dar una nueva oportunidad a una serie que, aunque no cosechara grandes audiencias, destacó como una producto interesante propio del servicio público al que debe dedicarse la cadena.

Este relato de tintes feministas se centra ahora en dar voz a la mujer luchadora, que busca la igualdad, jugando a mostrar la realidad de una época pasada y lo poco que se ha avanzado hasta hoy en algunas cuestiones. La ficción, que se ha presentado, con el objetivo de "buscar el paralelismo y la reflexión con la actualidad desde la defensa de valores como la libertad, el respeto, la igualdad o la tolerancia".

Se incorporan al proyecto las actrices Melina Matthews y Daríam Coco, cuya presencia provoca una auténtica revolución en una sociedad poco dada a la diversidad racial. Nuevos amores y la complejidad de la enfermedad mental también cobrarán protagonismo en un relato que, con la nueva duración de 60 minutos, espera llegar no solo a las espectadoras más comprometidas.

¡Vaya pregunta!

Susanna Grisso en el momento de la pregunta que le ha valido las duras críticas. / d.r.

Las preguntas las carga el demonio. El pasado lunes, Susanna Griso se vio frente a su 'Espejo público' (Antena 3) disculpándose por haber interrogado a Ángel Hernández sobre sus posibles intenciones de interferir en la campaña electoral al ayudar a morir a su esposa, María José, enferma de esclerosis múltiple. Años de cuidados intensivos y sufrimiento para aparecer en televisión como el marido que piensa en ayudar a morir a su esposa para hacer política.

La propia periodista se vio obligada a dar explicaciones: es cierto que se trataba más de una cuestión de tono, una cierta falta de empatía, por otra parte entendible en un programa en directo en el que hay muchos factores de los que estar pendiente. Si sus formas no fueron del todo acertadas, mucho menos lo fueron las de los espectadores en las redes sociales, de nuevo convertidos en una turbamulta enfurecida.

Y si la de Griso fue una pregunta delicada, la de Julia Otero a Pablo Casado en ¡La Sexta noche¡ fue para enmarcar: la sonrisa del líder del PP fue mutando hasta convertirse en una mueca. Ya no se hacen preguntas así a los politicos: por miedo, porque hay mucho periodismo de trinchera… Julia fue construyendo un retrato de la corrupción que remató con un comentario, "usted que ha hecho la carrera de Derecho", que era en apariencia inocente, pero en el fondo de lo más cruel.

Talento en directo

Edurne angustiada en una imagen de la final de 'Got talent'. / d.r.

Está claro que los grandes formatos requieren unas elaboradas pre y postproducción. Lo vemos en 'La Voz', en Antena 3, y en 'Got Talent', en Telecinco. Sin embargo, a pesar de tanto enorme plató, tantas estrellas en sus jurados, tanto vídeo con banda sonora épica, donde realmente logran enamorar al espectador es en el uso de la emoción. Hay o no hay: forzarla es inútil.

Por eso, cuando llegan las finales con los programas en directo, todo impacta mucho más. Lo vimos esta semana en una prueba de apnea que casi lleva a Paz Padilla al desmayo: Christian ya había cosechado su pase a la semifinal con 6 minutos sin respirar bajo el agua, así es que necesitaba superar ese tiempo. Finalmente, el concursante alcanzó los 8 eternos minutos, cuando Santi Millán estaba a punto de intervenir para ayudarle a terminar la prueba. L

o cierto es que hay pocas cosas más angustiosas que verse atrapado en el agua sin poder respirar, de ahí las caras de angustia del jurado -esta vez de verdad, sin el postureo habitual de estos 'talents'-, que por otra parte no fue especialmente generoso con Christian, al que eliminaron después de haber mostrado su rechazo a un tipo de pruebas de riesgo excesivo. A veces ir al límite sale caro: das espectáculo, pero te cuesta el puesto.

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