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Poco después de que Alba Carrillo anunciara que su matrimonio con Feliciano López había llegado a su fin, desde el entorno del tenista dejaban caer que la modelo había tenido parte de responsabilidad en la mala racha que había atravesado en las pistas. Le cargaban la culpa de un mal rendimiento deportivo, algo más que cuestionable.
Algo que Alba ha revivido no hace mucho, cuando intentó tener una relación con el portero del Real Madrid Thibaut Courtois y se la señaló como responsable de unas malas actuaciones del belga en el peor bache de la temporada del equipo de Chamartín. Sí, lo sabemos, es algo machista, pero sigue habiendo un sector que sigue pensando así...
Ahora, la que parece estar en el punto de mira por lo mismo, el bajón de resultados de Feliciano, es su actual pareja y futura mujer, Sandra Gago. Ya han voces que se han alzado para señalar que esta ha estado al lado del manchego en sus últimas derrotas y que es el 'gafe' que persigue a López en estos primeros meses de 2019.
Como si sola presencia en la grada fuese suficiente para ganar o perder partidos... Como si los preparativos de la boda fuesen una distracción. Vamos, como si no los entrenamientos ni el rival tuvieran nada que ver en ese marcador final que te hace subir o bajar en el 'ranking'.
Ellas dos no son las únicas parejas de deportista que se han visto en esta tesitura. Quizás, el caso más sangrante fue el de Sara Carbonero en el Mundial de fútbol de Sudáfrica 2010. Y eso que ella no estaba en la grada, sino trabajando a pie de campo. De ahí ese beso que conquistó a toda España de Iker Casillas a su pareja cuando lograron alzar la Copa del Mundo al cielo de Johanesburgo.
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