celebrities

Todos temen por Masako de Japón

El próximo 1 de mayo Naruhito ocupará el Trono del Crisantemo. Ha llegado el momento de saber si su consorte, la princesa Masako, enferma de depresión desde hace casi 20 años, será capaz de afrontar sus nuevas obligaciones. Todos en Japón están preocupados por ella.

Masako y Naruhito de Japón con su hija, la princesa Aiko. / Gtres.

Hugo de lucas

"Deseo ayudar a Masako y continuar apoyándola en la medida que pueda. Velaré por su recuperación". Naruhito, que será coronado emperador de Japón el 1 de mayo tras la renuncia de su padre Akihito, dejaba entrever hace unas semanas que sigue temiendo por su esposa, enferma de tristeza desde que entendió que había sido condenada a una reclusión perpetua en una jaula de misoginia y sometimiento.

Él no ha podido cumplir su promesa y protegerla de las exigencias de la Agencia de la Casa Imperial, un organismo compuesto por más de mil funcionarios que salvaguarda unas tradiciones milenarias inconcebibles en Europa. Masako ha pagado con una depresión crónica el precio que en la corte se exige a una plebeya. Casi 20 años de terapia apenas han logrado hacer su vida algo más soportable.

Cada una de sus escasas apariciones públicas han sido celebradas como una esperanza de curación que hasta ahora se ha visto frustrada con una nueva y prolongada ausencia. El pasado noviembre fue comentada su asistencia a la Fiesta Bianual de los Jardines. Desde 2003 la todavía princesa no participaba en un acontecimiento que reúne a la familia imperial con 1.800 invitados de la política y la cultura. Las imágenes mostraron su sonrisa dulce y las crónicas hablaron de lo mucho que disfrutó de aquel encuentro.

Un mes más tarde, coincidiendo con su 55 cumpleaños, se hizo pública una fotografía oficial y un mensaje personal que recordaba su fragilidad: "Pensando en los días venideros, a veces me siento insegura sobre en qué medida seré capaz de servir al pueblo japonés. […] Quiero dedicarme a la felicidad de la gente, así que haré un esfuerzo para lograr ese objetivo y ganar más experiencia".

Nadie sabe si será capaz de cumplir ese propósito cuando las obligaciones del trono pongan a prueba su delicada mejoría. Y son muchos los que en la Agencia de la Casa Imperial se sienten inquietos por los daños que sus probables ausencias puedan provocar a la reputación casi sagrada del emperador. De alguna manera, Masako se ha convertido en el personaje sobre el que gravita el presente y el futuro del Trono del Crisantemo, lo que debe de hacer aún más pesada su carga.

La princesa Masako junto a su marido, el futuro emperador Naruhito, y su suegro, el emperador Akihito. / Gtres

¿Cuántas veces se habrá arrepentido de haber sucumbido a la insistencia de Naruhito? Por dos veces rechazó su petición de matrimonio. Masako reveló a un amigo, que posteriormente concedió una entrevista a un medio local, que se había sentido tan halagada como asustada por las consecuencias de aquella unión. Dos meses más tarde, el pretendiente lo intentó una tercera vez con una frase que la conmovió: "Me he estado preguntando si sería capaz de cuidarte. Haré todo lo posible para protegerte". Ya no cómo supo negarse.

La boda del heredero

Unos meses después, en el verano de 1993, se celebraba la boda y comenzaba la pesadilla para la princesa plebeya de currículo brillante: licenciada en Economía por Harvard, en Derecho por la Universidad de Tokio y con un posgrado en Relaciones Internacionales de Oxford que le abría el camino a una prometedora carrera diplomática. Cosmopolita, viajera incansable —habla seis idiomas—, con encanto en las distancias cortas y una charla inteligente y viva.

Ben Hills, biógrafo australiano autor de 'Masako. La verdadera y trágica historia de una princesa japonesa', describía la realidad a la que tuvo que enfrentarse la futura emperatriz al traspasar las puertas del palacio de Togu: "No puede abandonar el palacio sin permiso. No dispone de tarjeta de crédito y su acceso al teléfono está restringido. No tiene pasaporte y, de hecho, tampoco tiene nombre. Toda su existencia ha sido negada. Le impusieron obedecer y caminar tres pasos por detrás de su esposo; le obligaron a callar hasta que él hablara primero... ¡Qué enorme desperdicio de talento!".

Según Hills, en la Agencia de la Casa Imperial no gustaron su carácter autónomo, sus críticas a los funcionarios que la rodeaban ni sus lecturas, demasiado liberales. Se le hizo saber que debía centrarse en la poesía, el protocolo y el violín. Pero el golpe que ya no supo encajar fue la presión por dar un heredero.

Sin un hijo varón

Dos años de espera infructuosa dieron paso a dolorosos tratamientos de fertilidad. Primero sufrió un aborto (1999). Dos años más tarde apenas pudo disfrutar de la alegría por el nacimiento de su niña, la princesa Aiko.

Entonces supo que ya no podría tener más hijos, lo que generó un serio inconveniente para una institución que impide por ley el acceso de las mujeres al trono. Le hicieron sentir que había fracasado y tampoco le permitieron refugiarse en la niña, ya que la tradición dicta que los padres de la familia imperial cedan su responsabilidad en niñeras e institutrices.

Masako se rompió. Tras muchos meses de rumores, en un comunicado oficial (2003) se admitió que la princesa padecía un "trastorno de adaptación" y que necesitaba un prolongado descanso.

En todo este tiempo apenas ha tenido más apoyo que el de su marido y su hija. Se criticó su retiro; se colocó a Aiko en medio de un tormenta política entre partidarios y opositores a cambiar la Constitución para que ella pudiera reinar, incluso se llegó a plantear la renuncia de Naruhito para evitar conflictos.

La presión disminuyó al nacer Hisahito, el cuarto e inesperado hijo del príncipe Akishino, hermano menor de Naruhito. Es el primer descendiente varón en la familia en 41 años y el que ahora, a sus 13 años, debe soportar su destino como futuro emperador.

Algunos cronistas de la corte japonesa apuntan que para Masako es un alivio poder ofrecer a su hija, que ya tiene 17 años, un futuro distinto del suyo. Aiko no tiene que soportar los deberes de un heredero ni la atención que acaparan los varones de la familia, lo que le permite liberarse de las peores obligaciones dinásticas.

El pasado verano realizó un curso en Oxford y se prevé que parte de sus estudios los curse también en el extranjero. Tal vez incluso pueda seguir los pasos de su prima Mako, la hermana mayor de Hisahito, que perderá su estatus real cuando se case con un plebeyo. Será su forma de ser libre, el privilegio del que ya nunca disfrutará la emperatriz Masako.

Más noticias sobre Masako de Japón

- Masako, la princesa desaparecida

- La princesa Mako de Japón pospone su boda por “inmadurez”

- Masako promete salir de la depresión en su 50 cumpleaños

20 de enero-18 de febrero

Acuario

Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más

¿Qué me deparan los astros?