El drama familiar de Oto Vans

Antes de entrar en la isla de 'Supevivientes', Oto Vans pasó por una clínica médico-estética para inyectarse bótox. Él, que vive de su imagen, ya dejó claro que le iba a ser muy complicado tener que vivir alejado de los cosméticos y las maquinillas de afeitar durante el tiempo que durase su concurso.

Pero lo cierto es que, detrás de esa fachada que para muchos podría ser frívola, se esconde un chico que vivió una infancia dura. Dramática. Algo que le marcó tanto que todos los esfuerzos que hace en la vida están encaminados, de manera principal, a echar una mano a sus padres y a sus cinco hermanos. Y el que se haya convertido ya en uno de los favoritos en el 'reality', seguro que ya es motivo más que de orgullo para esa familia que tuvo que emigrar desde Croacia y vivir un sinfín de penurias.

Ha sido él mismo el que ha relatado cómo, cuando él tan solo tenía cinco años y un hermano, sus padres, el matrimonio Tomicic, tuvieron que escapar en coche desde su páis natal hasta Portugal por el miedo a que les quitasen la custodia de sus pequeños. El motivo, la adicción a las drogas contra la que ambos lucharon.

En ese viaje, se cruzó en su camino, antes de llegar a Portugal, Vitoria, ciudad en la que se establecieron. Allí, sus padres consiguieron superar su problema y se convirtieron en demasiado rectos para un Oto que, asegura, creció en un ambiente represivo por el excesivo celo con el que sus padres les controlaban.

"Lo que habéis hecho con 13 y 14 años yo lo he empezado a hacer ahora. No te dejaban tener móvil ni Internet hasta los 16 y crecí sin amigos hasta los 18 años. Empecé a hacer el maricón cuando salí de ahí porque dentro era pecado. Tenía que actuar como si fuera un 'machito'", ha explicado desde Honduras.

Oto asegura que, si la familia creció tanto, fue porque sus padres no tenían dinero ni para anticonceptivos. Mucho menos para que sus hijos adolescentes pudieran salir con chicos de su edad. Así que, cuando empezó a cobrar por sus trabajos como 'youtuber', no dudó en que ese dinero tenía que ir destinado a sus padres, a que pudieran disfrutar de pequeños placeres que jamás se habían podido dar por los esfuerzos económicos que hicieron para sacar a sus hijos adelante.

"Lo primero en mi vida es mi madre y después mis hermanos. Yo se lo agradezco todo a mi madre, para empezar porque se mudó de Croacia a aquí conmigo y mi hermano cargada de maletas para darnos una mejor vida", había contando en alguna ocasión, añadiendo: " Se revienta el lomo todos los días por los seis hijos que tiene, y mi padre también. Y me encantaría triunfar y recompensárselo. Siempre sueño con que con la primera campaña en plan enorme que haga le voy a comprar una casa".

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