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La señal de alarma la dio 'The National Enquirer'. Según este medio, Jennifer Lopez ha cancelado su boda con Álex Rodríguez. Por culpa del exceso de trabajo, sí y los insistentes rumores de infidelidad.
La noticia no ha sido confirmada por los protagonistas, pero la cantante ya había reconocido una parte. El 9 de abril, al cumplirse un mes del compromiso, comentó en una entrevista que no habían empezado con los preparativos: "Nos comprometimos y nos pusimos a trabajar. Vamos a seguir trabajando todo el año, así que no sé que va a pasar".
Raro, raro. Después de que ella se desgañitara cantando 'El anillo pa’ cuándo', pensábamos que le hacía más ilusión y que tenía medios de sobra para contratar a un buen organizador de bodas para ello.
Poco antes, habían surgido los primeros rumores de infidelidad. J osé Canseco, exjugador de béisbol, contó en Twitter que Rodríguez se estaba viendo con Jessica, su exmujer. "Las acusaciones son falsas. Llevo cinco años sin ver a Álex y nunca he dormido con él", contestó ella. Mientras que Lopez aseguró: "Conozco la verdad. Sé quién es él y él sabe quién soy yo. Somos felices".
Menos de dos semanas después surgió otra. Se llama Zoe Gregory, es actriz porno y exmodelo de 'Playboy'. Ella misma contó a 'The Sun': "JLo es increíble y no se merece esto. Mientras se preparaba para casarse con ella, me pedía vídeos sexuales, quería quedar conmigo y que se apuntaran otras chicas".
En 2017, cuando solo llevaba unos meses con la cantante, Lauren Hunter habló en 'National Enquirer'. El primer encuentro entre ambos fue, según dijo, en 2011, cuando él aún salía con Cameron Diaz, y estando ya con Lopez, quiso volver a verla. La examante explicó que a él le gustaban los tríos, el sexo duro y que ella se vistiera de colegiala. Sus maratones sexuales llegaban a durar más de 12 horas. "No creo que ella le atraiga sexualmente. Cuando esté en la cama con JLo, probablemente siga pensando en mí", dijo.
Aunque en la vida de Álex ha habido mujeres, como Demi Moore, Kate Hudson o Madonna, estuvo casado con Cynthia Scurtis. Se conocieron en el gimnasio, tuvieron dos hijas, el matrimonio duró seis años y acabó fatal. En los papeles que ella presentó en el juzgado, aseguraba que la unión se había roto por "las relaciones extramaritales y otras malas conductas de él". "Abandonó emocionalmente a su mujer y a sus hijas".
Hay más, su última relación antes de Jennifer fue la más extraña. Salió con Anne Wojcicki, experta en genética, empresaria de Silicon Valley y exmujer de Sergei Brin, fundador de Google. Cuando acabaron, la madre de ella dijo: "Era encantador, pero no teníamos nada intelectual de lo que hablar. Lo que más le gustaba era el béisbol. Podía sentarse delante de la tele y ver partidos diez horas al día. Incluso evitaba ir en yate con Anne por si la televisión no funcionaba".
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