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El pasado jueves, la audiciencia de 'Supervivientes 2019' echó en falta a dos personas. El primero, a Kiko Rivera, que no ha llegado a un acuerdo encómico con la cadena para sentarse a defender a su madre desde Madrid. La segunda, por motivos muy diferentes, uno de los motores del 'reality' desde hace años: Lara Álvarez.
El encargado de tranquilizar a todos -en especial a su familia- era el presentador, Jorge Javier Vázquez, que advertía que la asturiana había sufrido una "indisposición", pero que no era nada grave y que se incorporaría a las emisiones en unos días.
No mentía. Ayer Lara estaba ya lista para ocupar su puesto en Honduras, dando paso a las pruebas que realizan los participantes y mediando entre ellos en los diferentes conflictos, pero también siendo la responsable de esa conexión entre la isla y el plató. Y lo hizo con total normalidad, cosa que nos alegra.
"La hemos echado mucho de menos, pero está ya, otra vez, con nosotros. ¡Buenas noches querida compañera, amiga, musa del programa... Lara Álvarez!", le daba paso Jordi González desde España. "¡Buenas noches, Jordi! ¡Ay... os he echado tanto de menos! Muchas gracias, gracias a todos", contesba ella.
"Estoy nueva, Jordi. Estoy nueva, estoy recuperada, estoy hecha un toro y, mira, voy a aprovechar y, aparte de agradecerte a ti este mensaje de cariño, todos los mensajes de apoyo y de cariño de los espectadores, pero, especialmente, quiero dar las gracias a mi equipo, al doctor y al resto de mis compañeros, que me han tratado como una reina. Pero, como te digo, estoy fuerte y con muchísimas ganas de contarte todo lo que tenemos esta noche por delante", añadía, mandando un abrazo a todos los que se habían preocupado por ella estos días.
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