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Lo han pasado muy mal. El gesto de Sara Carbonero en una revista que ha salido este miércoles es más que ilustrativo. Porque, aunque fuera Iker Casillas quien tuviera el problema cardíaco, ella estaba fuera de Portugal y eso le generó una angustia lógica si tenemos en cuenta que a su marido acababa de darle un infarto.
Ha pasado una semana y está ya todo controlado. Lo sabemos, además de porque los médicos han mandado al portero a casa a continuar con la recuperación, porque el discurso de Iker y Sara en las redes sociales ha cambiado. Es mucho más relajado. Mucho menos alarmante. de normalidad, como la presentadora ha apuntado en su cuenta de Instagram.
Sara ha compartido una foto de Casillas, en blanco y negro, con el pulgar arriba. Junto a la imagen, un texto muy sencillo, pero lleno de significado. Que suena, incluso, a resoplido de tranquilidad, podríamos decir. "Bendita normaldiad". Ni más, ni menos.
En su salida del hospital, Casillas dejó en el aire su futuro. No es lo más importante, desde luego. Cuando uno siente que la vida te ha dado otra oportunidad, hay cosas que quedan en un segundo plano. Por mucho que la prensa esté ávida de conocer detalles.
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