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Por una parte, María Jesús Ruiz ha decidido alejarse un poco del mundo del corazón y de sus colaboraciones en 'Sálvame' (Telecinco), pero por otra, ha aceptado ser parte de 'Mujeres Hombres y Viceversa' donde, además de ser asesora del amor, tendrá un papel fundamental en el programa que está presentado Toñi Moreno. También participa habitualmente en los debates de la nueva edición de Supervivientes, un 'reality' por el que ella ya pasó hace más de un año y en el que dejó huella después de haberse rapado la cabeza a cambio de tres pollos y una tarta de chocolate.
Y si en lo profesional las cosas parecen ir viento en popa para la de Andújar, en lo personal puede que, al menos, la ilusión haya tocado de nuevo a su corazón.
Después de fracasar con los padres de sus hijas, José María Gil Silgado y Julio Ruz, un nuevo nombre aparece en escena: Francisco Miguel Hernández (el Curro), un joven director de marketing de un equipo de fútbol de su pueblo, que además le estuvo llevando las redes sociales cuando ella estuvo en el reality.
'Corazón' se ha puesto en contacto con la modelo quien, de momento, lo niega: "De amor nada. Es un buen amigo de máxima confianza, un íntimo amigo mío, pero nada más. No existe amor". Y es que, según su entorno, quiere estar muy segura del próximo paso que dé en relación a la persona que entre en su vida. Es difícil que la veamos sola durante mucho tiempo puesto que, como bien ha dicho ella misma en varias ocasiones, le gusta estar en pareja.
Una reconciliación con Julio, quien según confirma a este medio "no paro de salir con una y con otra, aunque de momento no hay nada serio", es imposible, y más aún con el proceso legal que tienen por delante por la custodia de la menor.
Unos días antes de entrar en el concurso 'GH Dúo', Julio interpuso una demanda en contra de la Miss en la que solicita la custodia de la hija de ambos, de apenas dos años de edad. Será el próximo día 16 de julio cuando se vean las caras en el Juzgado Nº 2 de lo Civil de Andújar. Las causas de la demanda fueron, sobre todo, para regular la situación de la pequeña, ya que la comunicación entre los padres era y es prácticamente nula.
En cuanto a Gil Silgado, quien no ha parado de increparla públicamente, es poco probable que vuelvan. Mientras, sigue en vigencia la orden de alejamiento que le impusieron por el juicio por coacciones que perdió con una sentencia firme. Él también le habría amenazado con presentar otra demanda por la custodia de su hija mayor, Alba.
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