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Todo comenzó el pasado mes de febrero. Bradley Cooper parecía estar muy unido a Lady Gaga. Demasiado para el gusto de algunos. Tanto, que se llegó a decir que al actor le habría pasado factura en su relación con Irina Shayk, madre de su hija. Hasta el punto de que tuvieron que salir a desmentir todos los comentarios que se hicieron sobre ellos tras la actuación, llena de 'feeling', entre la cantante y Bradley en los Premios Oscar 2019 - puedes recordarlo pinchando aquí-.
Pero lo cierto es que aquello pareció no ser más que un parche y que, en realidad, entre la pareja sí hay una crisis en la relación. Al menos es lo que se asegura desde Estados Unidos, donde se han dado cuenta de que Bradley e Irina llevan sin asistir a un mismo evento unos cuatro meses, cuando antes eran absolutamente inseparables.
Concretamente es Page Six quien ofrece las declaraciones de alguien del entorno en las que sostiene que, si siguen intentando superar el bache en el que se han visto sumergidos, es por esa niña que tienen en común. "Las cosas no están bien. Ninguno de los dos es feliz. La relación está pendiendo de un hilo", añade esa fuente.
Unas palabras que parecen la continuación de aquellas otras que se publicaron ya en el mes de octubre y que encendieron las alarmas: "Son desgraciados juntos. Lo son desde hace meses. Él no bebe y está haciendo una vida tranquila. Ella, en cambio, quiere salir". A lo que se unen las agendas de ambos, que hacen que la distancia intermitente sea un escollo para que las cosas funcionen.
Un sinfín de circunstancias adversas para que ese romance, que comenzó en 2015, pueda continuar escribiendo páginas y dando titulares más esperanzadores próximamente. Por el momento, ninguno de los dos se ha pronunciado, ni confirmando ni desmintiendo estas informaciones llegadas desde el otro lado del charco.
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