Nora de Liechtenstein durante la entrevista. /
Alteza Serenísima por cuna —es la única hermana del príncipe Hans Adam de Liechtenstein— y viuda del marqués de Mariño desde hace ya 17 años, en la actualidad la aristócrata apenas sale de la finca que posee en Extremadura, donde ha sabido rentabilizar la flora tan increíble que posee creando su propia línea de cosmética.
Volcada en la naturaleza y tan discreta como siempre, con Nora hablamos de casi todo, pero sin profundizar en su ‘hijastra’, Isabel Sartorius "que luego en seguida me tituláis con ella".
Corazón ¿Me puede explicar que hace una princesa como usted lanzando su propia línea de cosmética eco, Vivencia Natural? Nora de Liechtenstein Cuando me casé con mi marido, Vicente Sartorius en 1988, decidimos comprar esta finca en pleno campo extremeño. En esos años ya se hablaba mucho del deterioro de la dehesa y decidimos llamar a un amigo austríaco, un fenómeno en temas de naturaleza, que cambió todo el sistema creando unas charcas naturales que hizo que aumentara la flora y fauna de manera increíble. La gente me preguntaba qué iba a hacer con tal cantidad de plantas y lo que hice fue, junto con una amiga mía, lanzar unos jabones que salían de esta vegetación y que, finalmente, opté por hacer de una manera más profesional junto a otra amiga farmacéutica de la zona. En su laboratorio y con mi materia prima comenzaron a surgir las cremas de belleza con productos de la dehesa como la caléndula, que cultivamos, aparte de otras plantas. Se trata de explotar la dehesa extremeña con otras alternativas a las ganaderías que estaban estropeando todo.
C. Se han unido varias mujeres emprendedoras con muchas ganas e ilusión para sacar rendimiento a una dehesa que empezaba a tener problemas. N. L. Cuando me casé con mi marido, Vicente Sartorius en 1988, decidimos comprar esta finca en pleno campo extremeño. En esos años ya se hablaba mucho del deterioro de la dehesa y decidimos llamar a un amigo austríaco, un fenómeno en temas de naturaleza, que cambió todo el sistema creando unas charcas naturales que hizo que aumentara la flora y fauna de manera increíble. La gente me preguntaba qué iba a hacer con tal cantidad de plantas y lo que hice fue, junto con una amiga mía, lanzar unos jabones que salían de esta vegetación y que, finalmente, opté por hacer de una manera más profesional junto a otra amiga farmacéutica de la zona. En su laboratorio y con mi materia prima comenzaron a surgir las cremas de belleza con productos de la dehesa como la caléndula, que cultivamos, aparte de otras plantas. Se trata de explotar la dehesa extremeña con otras alternativas a las ganaderías que estaban estropeando todo.
C. Se han unido varias mujeres emprendedoras con muchas ganas e ilusión para sacar rendimiento a una dehesa que empezaba a tener problemas. N. L. Ahora solo somos dos socias, pero tenemos un buen equipo de gente. Hemos conseguido vender en farmacias y a los profesionales de belleza que usan nuestras cremas en cabina, ya que tienen fines terapéuticos.
C. ¿Y qué necesidad tiene usted de meterse en un tinglado tan complicado cuando podría estar viviendo tranquila y sin las obligaciones que implican lanzar y establecer una línea de cosmética? N. L. Disfruto muchísimo con lo que hago. Mi vínculo con la naturaleza viene desde mi niñez, ya que mi padre fue ingeniero agrónomo. Se podría decir que de alguna manera lo he mamado. Durante años estuve trabajando en Inglaterra en un Instituto para el Desarrollo y Medio Ambiente y eso hizo que desarrollara una sensibilidad especial para apreciar las virtudes de la naturaleza. Cuando encima tienes la posibilidad de dar la vuelta a un proceso de deterioro y puedes devolver a la naturaleza lo que le estamos quitando, es casi una obligación volcarte en hacerlo. La naturaleza es muy generosa cuando la cuidas.
C. Usted ha podido comprobar cómo la vida no deja de sorprendernos. Llegó a esta finca enamorada y pensando en un lugar para el descanso del fin de semana y ahora se ha convertido en toda una empresaria volcada en su explotación. N. L. La vida siempre te sorprende, pero también creo que cuando deseas algo de verdad se puede conseguir. Lo que estamos haciendo aquí es complicado y cuesta mucho al tratarse de un proyecto piloto donde no es fácil conseguir subvenciones. Mi suerte es que todo el equipo está con muchas ganas de que salga adelante.
C. Tiene una hija de 26 años fruto de su matrimonio con Sartorius. ¿Está implicada en esta labor? N. L. María Teresa ha pasado los últimos años terminando la carrera de Marketing y Relaciones Públicas en los Estados Unidos, entre Boston y Nueva York, pero ya lleva un año en España. Evidentemente lo que he creado es una línea con vistas a un largo plazo, pero entiendo que mi hija también tendrá que dedicarse a lo que ella quiera. Si le gusta, yo encantada, pero siempre respetando su elección.
C. Hoy vive volcada en el campo, pero siempre se ha caracterizado por su espíritu de compromiso. Durante años se ha dedicado a la Fundación Activa para niños con problemas escolares, y en Liechtenstein es presidenta de los Special Olympics. ¿Qué opina de los que consideran que los niños con discapacidad psíquica no tienen que estar en escuelas especiales? N. L. Creo que los centros especializados son necesarios, sobre todo cuando esos niños crecen y llegan a una adolescencia donde les cuesta más estar a la misma altura. En la infancia esas diferencias no son tan evidentes como con el paso de los años. La integración siempre es buena, pero hay que saber cómo hacerla.
C. ¿La educaron en el compromiso con los demás? N. L. Piensa que mi madre era fundadora de la Cruz Roja en Liechtenstein y siempre me inculcó esas ideas sociales.
C. Vive en España, pero viaja a su país cuando puede. ¿De dónde se siente? N. L. Soy de los dos sitios.
C. ¿Sabe que habla el español mejor que nuestra Reina Sofía? N. L. He heredado por la rama materna la facilidad para los idiomas. Mi abuela hablaba diez lenguas y mi madre cuatro perfectamente.
C. Se instaló en nuestro país tras enamorarse y contraer matrimonio con el marqués de Mariño, pero hoy sigue aquí a pesar de los años que lleva viuda. ¿Cómo es su vida? N. L. Tengo más amigos españoles que de fuera y, salvando algunos aspectos culturales, te aseguro que me identifico plenamente con el estilo de vida español. Puede que la siesta sea una de las pocas costumbres que no practique, pero por el resto me he adaptado bastante bien.
Nora junto a su línea de cosmética natural. /
C. ¿Nunca pensó en rehacer su vida tras la muerte de su marido o es que la vida no le ha presentado una nueva oportunidad? N. L. Sinceramente es algo que no he buscado demasiado y lo cierto es que estoy contenta con mi estado, aunque eso no quita que la vida te sorprenda, porque da muchas vueltas. Lo que sí creo es que si no encuentras a otra persona puedes vivir tu vida de otra manera sin angustiarte por eso. Evidentemente a mi marido le echo mucho de menos.
C. ¿Cómo ha sido educar en solitario a la hija que tuvieron? Se quedó huérfana de padre con tan solo diez años… N. L. Hoy pienso que lo hemos sabido hacer bien, aunque en ciertos momentos me resultaba difícil suplir esa carencia y para encontrar respuestas busqué el apoyo de una psicóloga para saber cómo enfocar ciertas situaciones. Cuando tienes hijo no puedes dejarte llevar por la tristeza al perder a tu marido, debes estar fuerte para salir adelante por ellos.
C. En cierta forma su hija fue su amarre a la vida. N. L. Sí. Desde que nació nuestra hija siempre me encargué de que estuviera rodeada de más niños, ya que fue hija única y quería que no se sintiera sola. Y, por supuesto, tras enviudar conté con el apoyo de muchos amigos y familiares para hacer más fácil esa ausencia.
C. Siempre se ha llevado muy bien con los tres hijos de su difunto marido, que me consta la quieren como una segunda madre. N. L. Desde el principio hemos tenido una buenísima relación que hoy por supuesto mantenemos.
C. ¿Cuál es su rutina de belleza diaria? N. L. Desde que tengo mis cremas me pongo todas de manera continua y eso que yo antes era más básica en los cuidados.
C. ¿Hasta qué punto le preocupa el paso de los años? N. L. No vivo obsesionada con la idea de envejecer, será porque nunca en mi vida he sido una belleza y eso creo que hace que encajes mejor el paso del tiempo.
C. ¿No le gusta los recursos estéticos que hay en la actualidad para disimular las arrugas? N. L. En un centro de gimnasia al que iba me animaron para que actuara como conejillo de indias para un médico estético que tenía que enseñar a dos alumnos a inyectar vitaminas y bótox, pero solo fue en esa ocasión. Lo que sí me operé fueron los párpados, no solo por estética sino porque me afectaba a la visión. Lo que sí hago es pasear mucho y una alimentación sana.
C. Quien está estupenda de peso desde hace un tiempo es Isabel Sartorius. Al final ha encontrado la manera de no engordar… ¿La ve feliz con su noviazgo con César Alierta? N. L. La veo muy feliz, pero prefiero no contestar nada de ella porque luego siempre me ponéis su nombre en los titulares.
C. ¿Cómo le gustaría verse de aquí a un futuro? N. L. Con este proyecto perfectamente estabilizado y por supuesto con salud.
C. ¿Le apetece que lleguen los nietos? N. L. Claro que sí. Ahora disfruto muchos de los niños de Luis (Sartorius) y Bárbara. Vienen muchos fines de semana al campo y me encanta verles jugar.
C. ¿Ya conoce sus cremas su amiga la Reina Sofía? N. L. Pues no lo sé porque no la veo mucho, pero le mandaré unas cremas para que las conozca.
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