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Dicen que es un retiro temporal, hasta que todo se ponga en su sitio, pero lo cierto es que a Iker Casillas se le está haciendo muy cuesta arriba lo de no poder calzarse las botas y ponerse los guantes para colocarse debajo de la portería. No es de extrañar, porque lleva toda la vida dedicándose a ello y a nadie le gusta tener que abandonar su pasión de manera obligada y prematura.
El pasado mes de mayo, Iker tenía sufría un infarto durante un entrenamiento con el Porto. Tras la recuperación pertinente, se probaba, pero los médicos le aconsejaban que se echara a un lado y que buscase otras ocupaciones, dentro del mundo del fútbol, que no le exigieran un esfuerzo físico. Siempre es mejor prevenir que curar -o lamentar-.
En medio de ese escenario, parece que Casillas se está dedicando a la reflexión. A meditar cuál será el mejor de los caminos posibles para seguir por la senda de la vida. Así las cosas, este fin de semana lanzaba un mensaje en su cuenta de Instagram, muy enigmático, que dejaba pensando a sus 'followers'.
"Ese momento de reflexión. Ese lugar que te atrapa y te impide moverte. Solamente observas el horizonte e imaginas cosas... Fantásticas que llegarán", se puede leer junto a una imagen en la que aparece a contraluz, de espaldas y con el mar de fondo.
Unas palabras que encierran ese optimismo que siempre le ha caracterizado y que nos dan pie a estar a la expectativa: ¿qué está tramando el guardameta?
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