Llevaba varios años sin parar unos días y alejarme de todo. Los que nos dedicamos a esto, como dice mi querido Josemi Rodríguez Sieiro, solo podemos veranear, no irnos de vacaciones. Así es como, sin quererlo, me he visto comprobando que lo que cada semana vemos en las fotos de lo famosos es real y aún más espectacular en vivo y en directo.
En Ibiza hay dos tipos de turismo: el que cae rendido a horas de la mejor música electrónica del mundo y que se reparte en las sesiones interminables que ofrece una parte de la isla, y el del lujo. Ese se refugia en mansiones de Roca Llisa, Santa Eulalia o en Cala Nova en las maravillosas habitaciones del Hotel Bless, la recién inaugurada joya de los Matutes, donde hay vestidos de Chanel en el desayuno, cenas Michelin en el Etxeko de Berasategui y una ‘infinity pool’ con altavoces sumergidos que invita a perderse en el horizonte. Una experiencia imprescindible.
Y por la noche, El Lío es el lugar de encuentro de Paris Hilton o Di Carpio. El último fiestón lo organizó Messi hace unas semanas. A mí me lía Pablo, un generoso amigo, mi querido Pérez Gimeno, que todos los sábados agasaja a sus invitados con la mejor mesa de la sala. Ahora afincado en el lujoso barrio de Chelsea, hace ‘spining’ con el príncipe Enrique de Inglaterra en el KX, un elitista gimnasio londinense.
Por su parte, Joan Gràcia, de Tricicle, está al frente del nuevo espectáculo musical, digno de Las Vegas, que envuelve la sala y lía a los comensales. Hay que ir con ganas de pasarlo bien, así a uno se le olvida el precio, porque las cuentas se miden por ceros.
Y luego hay que pasar a Mallorca, la isla gótica y modernista, que tiene hasta Reyes en verano. En el acantilado de Porto Cristo descansa la leyenda patria, Rafa Nadal, y hay apellidos con solera que se refugian en mansiones rodeadas de pinos. La mayoría tiene barco o moto acuática para posturear en el agua.
Allí uno encuentra paz y desconecta de verdad. Pero me voy con el corazón más grande, porque he disfrutado unos días durmiendo envuelta en estrellas y he comido corazones con la reina de corazones, ya que el suyo es tan grande que ha ‘agathizado’ medio mundo y ha reciclado el suyo para bien.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?