La Marbella de Jesús Gil

Cada verano, Marbella es noticia en las tertulias por la llegada de famosos, las fiestas VIP y las vacaciones de lujo en las que yates, mansiones y champán no parecen tener fin. Pero lo tienen. HBO ya nos lo recordó con el documental ‘El pionero’, biografía de Jesús Gil y Gil, constructor, alcalde, presidente de club de fútbol y redomado delincuente que arrasó con los planes generales de urbanismo de la ciudad malagueña y, de paso, endeudó su ayuntamiento.

El personaje, político populista que se adelantó al estilo de Trump, Boris Johnson o Salvini, fue fichado por Valerio Lazarov para presentar, desde un ‘jacuzzi’ rodeado de chicas en biquini, aquel ‘Tal y tal’ que hoy es todo un documento antropológico: por un lado, reflejo de la cultura del pelotazo que vivió este país; por otro, presagio de un presente que por aquel entonces se nos antojaba imposible.

Siguiendo la estela del documental, Telecinco saca tajada con ‘Sálvame Marbella’, documental que se ha ido despiezando durante la semana para alimentar debates y polémicas. La cadena, propietaria de valiosas imágenes de Gil, ha contado con la colaboración de periodistas como Mariñas y Rosa Villacastín, testimonios de amigos, cómplices y enemigos de alguien a quien no debemos recordar con nostalgia sino con asco. Pero ahí lo tienen, de nuevo protagonista. Qué pesadilla.

Las sucesivas olas de calor de este verano están ayudando a la propagación de incendios y a la extinción de numerosos formatos y series, que se han quemado desde la primera o segunda entrega: porque algunos salvaron el tipo en su estreno, pero ardieron en la pira del fracaso a la semana siguiente.

La lista es larga y afecta a todas la cadenas: ‘El contenedor’ en Antena 3 prometía carne fresca y al final solo mostraba trapillos vergonzantes; ‘7 días sin ellas’ se quedó sin espectadores ni espectadoras, como los gallifantes, que volvieron sin pena ni gloria con su ‘Juego de niños’; ‘The crossing’ cruzó la barrera de los dos dígitos en el ‘prime time’ de Telecinco, aunque no llegó al escandaloso 1,5% de audiencia de ‘Supermax’, la ficción original con la que Mediaset se estrelló de manera escandalosa.

Por otra parte, resulta curioso cómo el cambio de cadena o de horario ha llevado a d os programas a convertirse en las sorpresas de la temporada: es el caso de la edición en ‘prime time’ en Cuatro de ’El concurso del año’ pero, sobre todo, el cambio a Telecinco de ‘Ven a cenar conmigo. Edición Gourmet.’ Claro que en este caso, como ya comentamos en su momento, el éxito se lo deben a las cuatro leonas protagonistas, que casi se comen las unas a las otras.

Las sobremesas de la TDT son de ‘La que se avecina’, que encabeza lo más visto por encima del 4% (casi medio millón de espectadores, más de lo que han cosechado algunos formatos de las cadenas principales) en una de las franjas más competitivas del día. Los hermanos Caballero conocen de primera mano lo que es triunfar en la TDT porque durante años arrasaron también con las reposiciones de ‘Aquí no hay viva’.

Ambas producciones son a nuestra programación lo que ‘Los Simpson’ o ‘Friends’ a la televisión mundial: incombustibles e infalibles. Como guionistas y directores han sabido crear universos que reflejan la identidad disparatada de este país, herederos del humor de Berlanga, con una estructura de tebeo con despliegue de gags que enganchan desde el momento en que uno conecta con el episodio, aunque esté a mitad o incluso terminando: da igual, funcionan desde cualquier punto, sobre todo porque el espectador recuerda perfectamente a qué entrega pertenece y solo ese recuerdo le hace reír. Eso es, televisivamente hablando, un milagro. Como milagroso resulta que Chanquete vuelva a morir este año en La 2 con la enésima reposición de ‘Verano azul’, otro fenómeno a estudiar.

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