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Pese a sus esfuerzos por preservar su vida privada dentro de las paredes del Palacio del Elíseo, Brigitte Macron se ha convertido en un auténtico fenómeno mediático. Todo lo que hace —desde estrenar un vestido o un complemento hasta protagonizar una biografía no autorizada o asistir a un evento— se convierte automáticamente en noticia. Y nada que le concierne puede permanecer en secreto durante demasiado tiempo. Por eso, tampoco ha podido evitar que su último paso por quirófano permaneciera lejos de las portadas.
Como desveló hace unos días la revista 'Closer' —y después recogieron decenas de otros medios en todo el mundo—, el pasado 17 de julio la primera dama francesa se sometió a una intervención de cirugía estética en París. Duró tres horas, transcurrió sin complicaciones y se llevó a cabo en el American Hospital de la capital francesa, un centro famoso por atender a las élites galas, pero también a las celebrities extranjeras. Al parecer, Macron fue intervenida por un eminente cirujano plástico, aunque su identidad no ha trascendido. El centro es famoso por utilizar "técnicas de vanguardia" en "procedimientos de rejuvenecimiento facial" y aunque Macron recibió anestesia general, fue dada de alta ese mismo día.
Según 'Closer', la primera dama francesa se recuperó durante dos días en la residencia oficial de Lantern, en Versalles. Sin embargo, todavía se desconoce el motivo exacto de la intervención. Y precisamente por eso, es de esperar que las fotos de la primera dama francesa después de pasar por quirófano sean el botín más preciado para los fotógrafos franceses este verano. Como en los últimos años, se espera que ella y Emmanuel Macron pasen unos días de descanso en la residencia oficial de Fort de Brégançon, frente a la costa mediterránea. Allí les esperan ansiosos los paparazzi…
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