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TVE estrenó el pasado lunes la serie 'Malaka' (13,4%) y las redes sociales volvieron a centrarse en una crítica que no se centra en las tramas (un tanto forzadas), el ritmo (algo lento en un principio, aunque va creciendo en su segunda entrega) o detalles inverosímiles en un relato realista (esa persecución sonrojante por absurda y mal resuelta). De nuevo, muchos espectadores se quejaron del acento de sus protagonistas.
La serie transcurre en Málaga, mostrando rincones y personajes alejados de la estampa turística de la Costa del Sol. Parece mentira que mientras Hollywood ya mezcla sin miedo el inglés y el español, aquí nos cuestionemos el acento de unos personajes en función de su procedencia. Lo más normal sería, incluso, ver series en las que algunos hablen euskera, catalán o gallego mientras otros lo hacen en castellano. Es lo normal en un país con distintas lenguas oficiales. Y si eso es normal, no digamos ya los acentos y modismos que se multiplican en nuestra tierra. Debemos ver nuestra cultura como un tesoro y no como una vergüenza que ocultar en nuestras ficciones. Presumamos de nuestra riqueza, pongamos acentos con la misma naturalidad que corren por nuestra calles.
Terelu ha pasado de ser la diana de sus compañeros de 'Sálvame' a protagonista de las secciones de televisión a costa de numerosas noticias sobre su posible fichaje por la competencia. Fue anunciarse su marcha a 'Espejo Público', en Antena 3, y ponerse en marcha toda la maquinaria de Telecinco para preparar la venganza. Desmentido el rumor, Terelu mantiene su relación con 'Viva la vida' y, por lo tanto, no abandona ese universo Mediaset que tanto parece disfrutar haciéndole sufrir. Pero hay más. Se ha publicado que Terelu será colaboradora de Toñi Moreno en 'Aquellos maravillosos años', en Telemadrid, donde debutaría con su madre y su hermana.
La familia Campos, unida en un plató, es un buen reclamo publicitario que puede provocar un tsunami en las tardes de Telecinco. Todo apunta, según lo publicado, que Terelu sería la sustituta de Toñi durante una baja de maternidad que posiblemente sea algo más larga de lo normal porque la presentadora de 'Mujeres y Hombres y Viceversa' tiene intención de anteponer su vida personal a un trabajo que tiene asegurado. Lo cierto es que, visto el interés suscitado por cada noticia relacionada con Terelu, está claro que todo su sufrimiento se verá recompensado tarde o temprano.
Esta semana hemos escuchado al reportero de 'Ya es mediodía' (Telecinco) decir "Ya hemos visto a la negra de blanco inmaculado" en el juicio de Ana Julia Quezada por el asesinato de un niño cuya larga agonía ha sido desvelada para angustia de los padres y cebo macabro para la audiencia. Y Ana Rosa recibió el mensaje del padre de Diana Quer para evitar la emisión de una reconstrucción de la versión de Enrique Abuín, 'El chicle', sospechoso de la muerte de su hija. Es cierto que la madre intervino en directo para pedir que los espectadores pudieran descubrir al monstruo, pero también hizo ver a la presentadora que el vídeo podía ser obstrucción a la justicia al tratarse de una prueba en el procedimiento y que forma parte del sumario.
Que los padres de una muchacha asesinada tenga que pedirle a Ana Rosa que guarde las formas y cuestionen la ética del uso de una filtración confirma la degradación que muchos espacios viven sin que los periodistas, al parecer, sean conscientes de su papel. No puede haber 'últimas horas' en casos donde no hay novedad alguna, no hay necesidad de informar sobre detalles de las autopsias o de especular sobre los motivos de un suicidio… Que la madre de Gabriel Cruz haya tenido que pedir respeto por el recuerdo de su hijo confirma que la 'tele' necesita urgentemente un nuevo código ético para estos casos.