El único punto en común de Kiko Rivera y Chabelita Pantoja en estos momentos

La guerra en el clan Pantoja es más encarnizada que nunca. A un lado, Chabelita Pantoja, que ha decidido apoyarse en su pareja, Asraf Beno, y atacar sin piedad a cuanto miembro de su familia hable o se mueva. Al otro, el resto. Sí, incluida una Anabel Pantoja que no entiende por qué su prima no le coge el teléfono ni le responde a sus mensajes desde que salió de la casa de 'GH VIP 7', hace ya una semana.

Aunque sin duda, si hay un duelo que tenga las espadas en todo lo alto es el que mantiene la propia Chabelita con su hermano, Kiko Rivera. Este último hablaba con 'Sálvame' después de que en la tarde del martes se conociera que su hermana había ido contando que él le fue infiel a su mujer, Irene Rosales, el pasado mes de abril.

En este momento en el que se encuentran, es casi un milagro encontrar un punto de unión entre los hijos de Isabel Pantoja, porque sus posicionamientos en la vida y con su familia no podrían estar más alejados. Sin embargo, parece haber algo que les une. Quizás una coincidencia. O que los tigres en la ropa se han puesto de moda y ambos, como 'influencers' que son, no pueden desaprovechar la oportunidad de subirse a este carro.

Lo explicamos. El pasado jueves, en la presentación del la canción de Chabelita -perdón, Isa P-, además del drama sobre el escenario que le valió el calificativo de "sinvergüenza" por parte de su cuñada, se nos quedó grabada en la retina la falda con la que salió ante su público en la Sala Kapital.

No tenía nada que ver con ese mono rojo de látex, imitación de Britney Spears -¿quiere seguir sus pasos? Aquí, nuestra teoría-, que luce en el videoclip. En el trasero, una cara enorme de un tigre. La misma que llevaba estampada en la parte delantera de la prenda.

Pues bien, este martes, en Sevilla, en la presentación de su discoteca, Kiko pareció hacerle un guiño a la falda de su hermana. El 'DJ' posó para los medios al lado de su mujer, dejando claro que la historia de la presunta infidelidad no ha hecho mella en ellos, y en el pecho lucía... ¡un tigre!