Familiaries de Francisco Franco llegando a la basílica del Valle de los Caídos para la exhumación del cuerpo del dictador./Gtres
Familiaries de Francisco Franco llegando a la basílica del Valle de los Caídos para la exhumación del cuerpo del dictador. / Gtres

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Los nietos de Franco, unidos por la exhumación

Los nietos de Francisco Franco se dieron cita en la que fuera la casa de su madre, Carmen Franco, en la madrileña calle de Hermanos Bécquer.

Después de meses de desencuentros entre el Gobierno y la familia de Francisco Franco, finalmente el pasado jueves, 24 de octubre, previa decisión judicial, el cuerpo del dictador salía del Valle de los Caídos. Desde que se anunciara la intención del Gobierno de trasladar el cadáver, pero especialmente desde que se conoció el fallo del Tribunal Supremo que autorizaba a seguir adelante con la exhumación, sus nietos habían permanecido apartados de los focos.

Incluso Carmen Martínez Bordiú, la más mediática de los descendientes del dictador, se mantenía al margen de los actos públicos, refugiada en su casa de Portugal, en la localidad de Nazaré. Pero unos días antes de que se produjera la entrada de los operarios en el Valle de los Caídos para proceder al traslado del cuerpo al panteón familiar, situado en El Pardo, la familia se dejó ver en Madrid.

Los nietos del dictador se reunieron en la que fuera la casa de su madre, Carmen Franco, en la calle Hermanos Bécquer, al lado del Paseo de la Castellana. Según cuentan quienes les siguieron hasta la puerta del domicilio, estuvieron los siete: Carmen, Mariola, Francis, Merry, Cristóbal, Arantxa y Jaime, aunque las cámaras solo captaron la llegada de algunos de ellos.

Se vio a Francis, quien más ha hablado en los útimos tiempos sobre la exhumación de su abuelo, a Jaime, a quien más de uno recuerda por su paso por distintos platós de televisión y Mariola, una de las más desconocidas para el gran público, ya que siempre ha intentado permanecer alejada de la vida pública.

No faltó tampoco Carmen Martínez Bordiú, que además aprovechó la visita a la capital española para acudir a su salón de belleza de confianza en Madrid y arreglarse el cabello, tras salir de la reunión con sus hermanos en la casa familiar.

Un edificio en venta

Ninguno quiso hablar a las cámaras sobre el motivo que les llevaba a la que había sido su hogar durante la infancia. Pero el gesto serio y la cercanía con la exhumación de su abuelo apuntaban a que el encuentro serviría para tratar de abordar la situación de manera conjunta y mostrarse unidos como hasta ahora.

Según publicaba 'El País', estaba previsto que toda la familia —contabilizaban unas 22 personas entre nietos, cónyuges y descendientes de Franco—, se reuniera para el traslado de los restos del dictador al cementerio de Mingorrubio (El Pardo), pero solo dos de los nietos podrían estar presentes en el momento de la exhumación del cuerpo en la Basílica del Valle de los Caídos.

Sin embargo, durante los días anteriores algunos medios apuntaron a que la reunión podía tener además otro fin: tratar la venta de la casa en la que se dieron cita. Y es que según publicaba 'Look', el edificio de la calle Hermanos Bécquer de Madrid sigue sin encontrar nuevo propietario.

Hace un año y medio, poco después de fallecer Carmen Franco Polo, sus siete hijos decidieron de manera común poner a la venta el que fuera el hogar familiar de la hija de Franco y Cristóbal Martínez Bordiú. Así que sacaron el inmueble a la venta por 55 millones de euros.

A día de hoy, la familia es propietaria de las siete plantas del edificio y también de los locales comerciales, de ahí el elevado precio, que parece que no gustó a los compradores potenciales, por lo que, poco más de medio año después decidieron rebajarlo cinco millones. El nuevo importe habría logrado atraer la atención de un inversor, sin embargo, según el citado medio, tras unas negociaciones fallidas, la compra no llegó a producirse.