Ana Brnabić junto a Milica Durdić. / d.r.

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Ana y Milica: la pareja que revolucionó Serbia

La primera ministra de Serbia es el ejemplo de la lucha contra la homofobia en su país.

Desde 2017 la primera ministra de Serbia, Ana Brnabić, se ha dedicado a hacer historia en su país. Primero, porque ese año fue la primera mujer en convertirse en jefa de gobierno en el país balcánico. Pero, sobre todo, porque era también la primera mujer abiertamente homosexual en hacerlo. Por eso, la revista 'Forbes' la incluyó ese año en la lista de las 100 mujeres más poderosas del mundo. Y el pasado mes de febrero, Brnabić volvió a romper todos los esquemas tradicionales cuando su pareja, Milica Durdić, daba a luz a un niño después de someterse a un tratamiento de fecundación in vitro.

Hace solo unas semanas, la pareja posaba junto a Xavier Bettel, primer ministro de Luxemburgo, y su marido, el arquitecto Gauthier Destenay, en otra imagen para la historia: "Mañana recibiré de forma oficial a la primera ministra de Serbia, pero esta noche (mi marido) Gauthier Destenay y yo estamos felices de recibir a nuestras amigas Ana Brnabić y Milica y visitar la ciudad de Luxemburgo todos juntos", escribía Bettel en Twitter. Sin embargo, la realidad de la ‘primera pareja’ serbia está seriamente condicionada por las leyes de su país, donde el matrimonio gay no es legal —pero tampoco las uniones civiles— y las parejas homosexuales no pueden adoptar. De hecho, legalmente el hijo de Durdić solo es suyo y la primera ministra serbia no tiene ningún derecho sobre él, pese a estar criándolo juntas desde que nació. De la ‘segunda dama serbia’ —la primera es la propia primera ministra— se sabe poco. O, más bien, nada.

Según la prensa serbia, se conocieron en un bar gay de Belgrado, llevan casi una década juntas y Djurdjic trabaja como médico especializada en Radiología. Desde que Brnabić llegó al poder hacer dos años, su pareja apenas se ha dejado ver en actos oficiales y no ejerce oficialmente de 'first lady', pero tampoco se esconde y cuando la ocasión lo ha requerido ha estado junto a ella. Aunque Serbia es un país profundamente conservador y según los colectivos LGTBI, la homofobia está muy extendida, la primera ministra y su novia están ayudando a combatirla.