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Ricardo Llorca: "Tengo mucho más de lo que cualquier compositor pudiera desear"

Es probablemente uno de los mejores compositores de su generación. Instalado en Nueva York desde hace tres décadas, el músico alicantino vuelve a España para estrenar ‘Tres sombreros de copa’ en el teatro de la Zarzuela de Madrid.

El compositor Ricardo Llorca posa en el teatro de la Zarzuela. / J. Gámez

Carlos pérez gimeno

Ricardo LLorca es uno de los compositores más relevantes en el panorama internacional. De la Comunidad Valenciana han salido grandes genios de la música, solamente hay que echar un vistazo y ver nombres como Chapí, Joaquín Rodrigo, Martín y Soler y tantos otros. Ricardo, alicantino de nacimiento, se trasladó a Madrid, donde cursó sus estudios y tuvo a grandes maestros como Luis de Pablo, o Carmelo Bernaola. Una vez finalizada esa etapa, se trasladó a vivir a Nueva York, donde tiene fijada su residencia desde hace más de 30 años, motivo por el cual, vive a caballo entre la ciudad de los rascacielos y Madrid. Acaba de estrenar en el Teatro de la Zarzuela de la capital española la obra ‘Tres sombreros de copa’, basada en la obra de Miguel Miura, y las críticas no han podido ser mejores.

  • Corazón ¿Se pue decir que este estreno es un sueño hecho realidad? Ricardo Llorca Sí, es indudable, porque para cualquier compositor español estrenar en el Teatro de La Zarzuela es un sueño, porque no es fácil, aquí estrenan muy pocos.

  • C. ¿Por qué se fijó usted en esta obra de Miguel Miura? R.L. Esto fue idea de la New York Opera Society, después del estreno de mi primera ópera, Las Horas Vacías, que se estrenó en Sao Paulo, decidieron encargarme una ópera nueva, ellos que son unos grandes expertos en el teatro del absurdo, y yo les comenté que en España, había grandes autores como Jardiel Poncela, Miguel Miura, Tono... y les dije que por qué no hacíamos algo basado en el teatro del absurdo español. Fue cuando empecé a ver las obras de Miura, en concreto Tres sombreros de copa, que es muy conocida, y vi la cantidad de posibilidades que tiene en transformarla en ópera. Es tan bonita la historia... Al final nos decidimos por esta obra, que tiene unas arias preciosas, conseguimos los derechos y su estreno también fue en Sao Paulo, y el éxito fue total. Las críticas no pudieron ser mejores, y llenamos varias noches seguidas. Aquí, en Madrid va a ser el estreno en Europa.

  • C. Además imparte clases en la prestigiosa The Julliard School, en la ciudad de Nueva York. R.L. Así es, llevo 32 años. Llegué a Nueva York en el año 1988, allí estudié, hice un Máster de composición en el Lincoln Center, y, cuando me gradué, ellos mismos me contrataron como profesor. Aparte, también organizo seminarios, conciertos y estoy trabajando para el Queen Sofía Spanish Institute. También montamos conciertos, trabajo para la New York Opera Society y soy compositor en residencia para una sociedad de ópera contemporánea, somos varios compositores de diferentes nacionalidades. Y en el Instituto Español Reina Sofía llevo todo el departamento de música. El año pasado hicimos un ciclo de música y Alzheimer, que estuvo muy bien, y también con La Reina Emérita hacemos la gala, este año será el 19 de marzo, tenemos la suerte que su Majestad es una gran melómana y nos está ayudando en todo. Lo haremos en el University Club, e irá acompañada por Carmen Iglesias, a quien le otorgamos la medalla de oro.

  • C. ¿Cómo valora sus cinco años como director adjunto de la New York Opera Society? F.L. Muy contento, hemos hecho óperas contemporáneas por todo el mundo, han llevado mi música por todas partes, ellos hicieron mi primera ópera en Las Naciones Unidas, en el Lincoln Center, San Petersburgo, Sao Paulo, etc. Esto en concreto no, porque todo ha sido obra del Teatro de la Zarzuela, que lo ha esponsorizado, subvencionado, y organizado totalmente.

  • C. No debe ser nada fácil, conseguir donaciones de fundaciones, públicas y privadas, para financiar producciones de ópera contemporánea. F.L. En Estados Unidos es mucho más sencillo, porque hay reducción de impuestos, tú ofreces un proyecto y es mucho más fácil. En España es prácticamente imposible, porque no existe la ley del mecenazgo, es muy mala, es complicado conseguir esponsorizar este tipo de cosas porque el ministerio de Hacienda no lo permite, al no haber una ley de mecenazgo en condiciones. Aún así, se dan cosas, es decir en el teatro de la Zarzuela, van a estrenar dos óperas contemporáneas, en el Real no, pero lo harán en un futuro.

El compositor Ricardo Llorca posa para nuestra cámara durante su paso por Madrid. / J. Gámez

  • C. ¿Se podrá ver esta ópera en otros teatros de España? R.L. Todavía no hay nada planeado, pero me imagino que sí, porque este teatro tiene tratos con el Liceo de Barcelona, con el Campoamor de Oviedo, el Palau de Valencia y muchos más. De verdad espero que sí se haga.

  • C. ¿Qué más proyectos tiene? R.L. Tengo un encargo con el coro de Manhattan, para celebrar su 25 aniversario. También tengo una obra nueva que estreno en Nueva York el 20 de marzo, y tengo de nuevo mi primera ópera, en Estonia, Letonia y Lituania. La verdad es que no paro.

  • C. Muchos años viviendo en La Gran Manzana. ¿Echa de menos España? R.L. La verdad es que no, soy igual americano que español. Mis amigos americanos, me dicen que soy muy español, y es verdad, pero lo cierto es que no echo en falta Madrid porque estoy muy a gusto en Nueva York. Ahora voy a estar un mes aquí y la verdad es que estoy encantado, y en Navidad regreso de nuevo. Además me gusta ir a mi tierra, a Alicante donde he montado un estudio de música, y allí me encierro cuando me quiero apartar del mundo donde nadie me vea. Ese es mi refugio, y allí me gusta componer, me paso 15 días o un mes sin que nadie me moleste.

  • C. Con semejante currículo y tantos proyectos, ¿que le falta a Ricardo Llorca por hacer? R.L. Casarme, (Risas). No, eso no, es broma. La verdad es que estoy muy bien así, no me falta nada, estoy muy contento. Tengo mucho más de lo que cualquier compositor pudiera desear; mis compañeros, que no son ni mejores ni peores que yo, están la mayoría luchando por mantener su carrera. Es muy dura esta profesión, es dificilísima y soy consciente de la suerte que he tenido. No me puedo quejar, y no quiero pedir nada más de lo que tengo.