No me canso de decir lo buena que es la tercera temporada de 'The Crown' (Netflix). Lo superiores que son los actores maduros. De Olivia Colman a Tobias Menzies pasando por Helena Bonham-Carter (por no hablar de Derek Jacobi y Geraldine Chaplin como los duques de Windsor). También es bueno que los personajes no se parezcan a los originales. No todo lo que vemos en este fresco de historia contemporánea británica es verdad. Esa gente no es necesariamente así. No sé si hay que aclarar que lo que el gran Peter Morgan hace es ficción tomando como base acontecimientos históricos. La tragedia de Aberfan, Harold Wilson como primer ministro, la contestación a la monarquía, el espía Anthony Blunt, el despendole de Margarita. Y claro que hay algún episodio rollo. Lástima que haya que esperar dos años para ver a Gillian Anderson como Margaret Thatcher.
A Scott Fitzgerald le parecía que de todos los libros que habían aparecido desde 1920 había uno que sobrevivía y era ‘La habitación enorme’ de E. E. Cummings (1894-1962). Se trata de uno de esos clásicos surgidos tras la Primera Guerra Mundial. Cummings era conductor de ambulancias en Francia, pero acabó en prisión. Y de esa experiencia nace ‘La habitación enorme’ (Nocturna), con traducción íntegra, nueva introducción, las ilustraciones de Cummings y su singular uso de la puntuación y criterio particular para las mayúsculas y las minúsculas. Se libró del Somme, pero las condiciones del encarcelamiento eran deplorables. Su espíritu animoso y disparatado le llevó a escribir a su madre cartas donde describía con alegría los cubos-retrete, la fauna con la que compartía la celda y esos olores que podría haber cortado con un cuchillo. Son las memorias de tres meses y la clave de toda su prosa y poesía. Michael Caine, cuando persigue a Barbara Hershey en ‘Hanna y sus hermanas’ le regala poesía de E. E. Cummings: “Nadie, ni siquiera la lluvia, tiene las manos tan pequeñas”.
De un corto nominado al Oscar, Rodrigo Sorogoyen ha hecho una película sorprendente. No sé si ambigua o sugerente (aunque no sepas qué sugiere). Elena (Marta Nieto) recibe una llamada de su hijo de 6 años, que está perdido en una playa de Francia y no encuentra a su padre. Esa conversación es lo último que sabe de él. Pero ahí acaba el tono angustioso. Elipsis y diez años después, Elena vive en esa playa y conoce a Jean (Jules Porlier), un adolescente francés que le recuerda a su hijo. Las interpretaciones de ambos son prodigiosas. Recuerda a ‘El soplo al corazón’ (1971), la película de Louis Malle protagonizada por Lea Massari. Quizá ‘Madre’ esté entre ese Malle arriesgado y el Rohmer veraniego. Quizá haya quien se sienta incómodo, pero Sorogoyen camina por el alambre sin caerse.
Hace cinco años nos sorprendimos con ‘Manual para mujeres de la limpieza’, de Lucia Berlin. Las editoriales recuperaban escritoras olvidadas. Periférica, a Elizabeth Smart. Sexto Piso, a Renata Adler. En este caso era una grande, Alfaguara. Y por ello tuve cierto prejuicio. No será para tanto. Pero lo era. ‘Manual para mujeres de la limpieza’ deslumbraba. Y después ‘Una noche en el paraíso’. Aunque muriera con 68 años, Lucia Berlin vivió y bebió mucho. Su hijo decía en el prólogo de ‘Una noche en el paraíso’ que su madre escribía historias verdaderas, no necesariamente autobiográficas. ‘Bienvenida a casa’ (Alfaguara) sí son textos autobiográficos. El hijo recuerda de su madre que “tras perder su trabajo de profesora, enlazó una serie de empleos diversos (mujer de la limpieza, operadora telefónica, recepcionista de hospital) que le ofrecían una rica fuente de material para nuevos relatos, al igual que el tiempo que pasaría en celdas para borrachos y centros de desintoxicación”. ‘Bienvenida a casa’ son historias, cartas y fotografías de los primeros 29 años de una mujer y escritora excepcional.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?