Olivia Valere posa con su hija, Karen, llamada a tomar su testigo como reina de la noche marbellí. / antonio lópez.

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Olivia Valere y su hija, reinas de la noche marbellí

Olivia Valere lleva casi cuatro décadas siendo al anfitriona de las fiestas más destacadas de la costa del Sol. Ahora su hija Karen ha cogido el testigo. Descubrimos cómo será la gran celebración de Nochevieja en su mítica discoteca de Marbella.

No hay fiesta que se le resista. Lleva casi 40 años celebrando el fin de año en Marbella pero cada año en casa de Olivia Valere es distinto. La tradicional fiesta de Nochevieja de este 31 de diciembre ya está preparada en la discoteca que lleva su nombre, aunque la ideóloga esta vez no ha sido Olivia, sino una mujer que viene pisando fuerte: su hija Karen. La empresaria, de 73 años, y su hija han trabajado mano a mano para unir la tradición y la modernidad en un espacio que se ha convertido en un icono de la noche marbellí.

Cuenta Olivia que esta vez van a "hacer una fiesta en el espacio porque la tierra no parece lo suficientemente grande para nosotros y además hay muchos humanos un poquito locos". Afirma que los invitados que acudan a Olivia Valere se van a encontrar con un espectáculo "muy sideral. Va a haber muchas sorpresas, con los planetas sobre nuestras cabezas" y con un menú a base de "ravioli de bogavante, 'foie gras', pescado y medallones de ternera blanca" que hará las delicias de los nuevos asistentes y de los que llevan décadas acudiendo.

Es importante que mi hija haya venido para seguir mis pasos"

"Tengo clientes que vienen desde hace 25 años a pasar fin de año. Es como una costumbre. Tienen buena salud y les va bien, así que siguen viniendo cada año porque son un poquito supersticiosos. Hay gente con la que lo hemos pasado bien tantos años que siguen atravesando el mundo para estar aquí. Hay asistentes de Australia que viene cada año para pasar fin de año en mi club porque lo han hecho durante 25 años. Tengo algunas familias rusas muy importantes que pasan esa fiesta con nosotros… es una mezcla de todo. Quizá este invierno hay menos reservas de ingleses", reflexiona pensando en el Brexit.

Un mundo distinto

Aún así, Marbella parece haber recuperado el tirón y el lustre que tenía hace unos años y que la crisis empañó. Pero nadie mejor que ella para contarnos como se transformado la ciudad. " No solo Marbella, el mundo entero ha cambiado. Cualquier lugar del planeta es diferente a como era hace 30 años. No había Internet, Instagram, Facebook, todo eso es un mundo nuevo para mí… entonces había una cosa más humana y cuando hacías una invitación tu la mandabas a casa escrita a mano. Hoy en día no hay nada con alma. Todo se hace de manera electrónica".

Por suerte para ella, cuenta para adaptarse a esos nuevos tiempos con Karen. "Es muy importante que mi hija haya venido para seguirme, porque ella tiene la forma de mirar de los jóvenes y está en este mundo. Yo soy de antigua escuela y a mí me gusta recibir una carta bien escrita, oler la tinta…todas esas cosas ¿cómo ha pasado todo este tiempo? Hoy en día te escriben con cuatro letras, a máquina.. nada más. Y si quiero seguir siendo la número uno de la ciudad hay que buscar la nueva esencia de la juventud".

He trabajado, he luchado y he recibido a los artistas más famosos"

Ella lo tiene claro, y asegura que la razón por la que ha conseguido mantenerse tanto tiempo arriba solo es una: el esfuerzo. "Es difícil, pero yo creo que es la suma de mucho trabajo. Empecé aquí hace 35 años, pero también estuve en París. He trabajado, he luchado y he recibido a los artistas más famosos". Entre ellos, nombra a Barry White y a Michael Jackson, que "venía completamente disfrazado porque todo el mundo le decía que había que ir al Olivia Valere de París", pero ha habido muchos otros, en París y en la Costa del Sol.

"Estoy en Marbella desde 1981, hay muchas discotecas y sitios que han tratado de hacerme la guerra, pero hasta hoy nadie ha podido hacerme caer. Hay que luchar", dice convencida y sin perder el sentido del humor. Y es que asegura que ella no sabe lo que es despertarse enfadada. "Soy una fuerza de la naturaleza. Nunca en mi vida me he despertado de mal humor. No sé lo que es. Yo me despierto siempre optimista, pensando en las cosas que voy a hacer en el día... quizá un poquito triste cuando uno ve que no hay luz porque los días de lluvia no me siento muy feliz. Necesito tener siempre luz".

Olivia Valere, encantada del aire fresco que les ha dado a sus negocios su hija Karen. / antonio López.

Quizá esa sea la razón por la que esta parisina, nacida en Marrakech, estableciera su residencia hace casi cuatro décadas en Marbella. "Todo el que tiene posibilidad de viajar y que tiene su base en Marbella, sea de donde sea y de cualquier posición social, te dice que volvemos a Marbella y nos damos cuenta de que es el paraíso, que no hay que ir tan lejos para tener una buena vida o unas buenas vacaciones. Es maravilloso. Aquí todo es tan fácil: el clima, la luz, la gente es tan buena… La vida no es cara, puedes comer en un chiringuito por 30 euros. Una maravilla". Y es que ella disfruta de las cosas pequeñas. "Esa es la verdadera alegría de la vida".

Buenos deseos para 2020

Preguntamos qué le pide al nuevo año una mujer que lleva tanto tiempo ocupándose de que otros disfruten de los últimos minutos del año sin que haya un solo fallo. " Lo único que puedo pedirle es que me dé lo mismo que 2019. Nada más. La salud, el amor de mis hijos y mis nietos, la alegría de seguir con el mismo viejito, mi marido que adoro, y que la humanidad sea un poquito mejor".

Y es que pese a su amor por su trabajo, su familia es importante para ella. Y tiene la suerte de llevar media vida al lado del que ha definido muchas veces como el gran amor de su vida, su segundo marido, el abogado Phillippe Valère. "Hace unos días estaba reflexionando y creo que tengo que dar gracias a Dios por haber tenido una vida tan bonita. Por haber pasado tiempo en viajes maravillosos, encontrar gente fantástica, y seguir siempre con el mismo marido, que en este trabajo no es tan fácil", nos cuenta. "Vamos a hacer en diciembre 45 años de casados. En el mundo de la noche, donde hay tantas chicas guapas…", comenta.

"Con los chicos es diferente, porque a mí me ven como a un coronel, pero mi marido, como no tiene grado militar, es más fácil para un hombre con todas las chicas maravillosas que están alrededor", asegura entre risas, "pero él se ha comportado muy bien. No sé si ha hecho cosas malas, pero nunca le he pillado y eso es una prueba de inteligencia. Nunca he visto un rojo de labios en la camisa o un teléfono en el bolsillo... nunca". Con esa premisa, a estas alturas de la vida, se la nota feliz y agradecida.

"Lo más importante es disfrutar de lo que tú haces. Si me preguntas cual es mi secreto, te diría que el amor a la gente. Si tú das amor no se te hace difícil trabajar, a mí me encanta que todo el mundo lo pase bien. Hacer feliz a la gente. Esa es mi meta en la vida: que la gente sea feliz y lo pase bien".

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